Astilbe: esperando por ti.
Por enésima vez en el día se escuchó como Sakura corría por los pasillos de madera en dirección al baño más cercano y procedía a soltar el contenido de su estómago. Algo extraño, si se consideraba el hecho de que la pelirrosa nunca se enfermaba debido a la mejora que había sufrido su chakra curativo, y más aún si se tenía en cuenta el hecho de que los dones de la muchacha interferían en su regeneración.
Nadie sabía a ciencia cierta lo que pasaba con la pelirrosa, bueno, excepto la señora Satoko, quien conocía muy bien esos síntomas, pero... no podía ser ¿o si?
La pobre chica se sentía fatal, odiaba esa sensación y más aún cuando estaban en medio de crear estrategias para ir en contra de All for One.
Una nueva arcada se hizo presente y volvió a dejar en el inodoro la sopa miso que había tomado para el desayuno.
Mientras tenía la cabeza metida en el excusado sintió como sus cabellos eran recogidos dulcemente, a la vez que acariciaban su espalda en forma de círculos.
-todo estará bien- decía Touya buscando tranquilizar a la chica.
No le gustaba verla de esa manera, tan inofensiva a la vista de todos, aunque si debía de admitir que le agradaba poder cuidar de ella, quien sabe cuando se le daría una oportunidad parecida tomando en cuenta que Sakura siempre se hacía la fuerte o no solía enfermarse muy a menudo.
-me veo horrible- musitó Sakura, señalando sus pronunciada ojeras que hasta el mismo Itachi Uchiha envidiaría, últimamente había tenido muchos dolores de cabeza, acompañados por las estúpidas nauseas, además de que cada que olía algo hacía una visita al baño de la casa de Satoko-san, la última vez que Satori-san encendió uno de sus cigarrillos ni siquiera alcanzó a llegar al baño y vomitó en el jardín de la anciana, ganándose así una gran reprimenda.
Todo eso era acompañado por antojos extraños (ese anmitsu con pepinillos le supo a gloria en verdad), sus pechos empezaban a dolerle y sentía muchas ganas de ir al baño a cada instante.
Obviamente no se necesitaba tener una educación médica como la suya para saber que significaban esos síntomas, pero se negaba a aceptar la única respuesta posible, en especial cuando estaban apenas por iniciar una batalla muy peligrosa.
-tú siempre te ves linda- intentó consolarla Touya, ayudándola a levantarse y enjuagarse el vomito.
Enserio que ese hombre era un ángel.
-quiero formar una familia junto a ti, nada me haría más feliz que tener un pequeño de cabellos rosas y ojos verdes como tú.
Las palabras del hombre le llegaron a la cabeza y los colores se le subieron al rostro al recordar lo que habían hecho ese día, estaba muy condenada.
Una parte de ella le decía que era prácticamente imposible traer a una criatura al mundo en esas condiciones y la otra, la que siempre soñó con una familia, le gritaba que ahora cargaba con un pequeño bebé del hombre que amaba, iba a ser madre y tendría que hacerse cargo.
Por un momento se permitió pensar en el pequeño cúmulo de células que yacía en su vientre ¿Cómo sería cuando naciera? ¿Tendría los cabellos de nieve de su padre o su cabello rosa? ¿Ojos verdes o turquesas? ¿Era posible que tuviera heterocromía como Shouto?
No pudo seguir imaginando la apariencia de su bebé porque Satoko-san los llamó desde el marco de la puerta del baño, indicándoles que la siguieran.
Genial, ahora tendría que lidiar con esa incómoda charla que de seguro les tenía preparada la anciana.
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Kunoichi
FanfictionElla murió en la cuarta guerra ninja protegiendo a sus compañeros de equipo. Pero ahí no acaba su historia. Volvió a nacer en un mundo donde su presencia cambiaría el camino de muchas personas de diferente manera. Porque a veces solo hace falta un e...