Kunoichi

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Rosa blanca y roja: unidad.

La dulce melodía inundaba la habitación, Sakura se encontraba peinando a la pequeña Eri con mucho cuidado.

Había terminado su entrenamiento con el director Nezu, aún tenía problemas para controlar su nueva habilidad pero afortunadamente Ectoplasm había tenido la amabilidad de ayudarla con algunos consejos.

Y ahora estaba preparando a Eri para que se fuera con Mirio y Sir Nighteye, quienes se encargaban de ayudar a la pequeña en sus estudios cuando ella tenía cosas que hacer. Ese día tenía programada una cita con el rector de la universidad para que le diera la información sobre a qué hospital iría para hacer su internado.

-Sakura-san ¿cuando regrese podemos jugar?-

-por supuesto que si Eri-chan- concedió Sakura con una sonrisa cariñosa.

A decir verdad sus asuntos en la universidad tenían que ser rápidos porque tenían que llegar a tiempo para el ejercicio de entrenamiento de la clase 1A y 1B, Recovery Girl le había pedido estar ahí para brindar su ayuda en caso de que se requiriera.

-¡aquí estoy!- Mirio entro a la habitación con una gran energía-¡¿estás lista Eri-chan?!

Al no tener su don Mirio había estado ausente en la UA pero Sir Nighteye se había encargado de darle trabajo en su agencia y seguir con su entrenamiento.

-ve Eri-chan, diviértete y recuerda comportarte con Mirio-san y Sir Nighteye.

-si, Sakura-san.

-yo la cuido, nos vemos Haruno-san.

Sakura los despidió con un gesto de mano y una sonrisa.

-00-

Había vuelto a ser lanzado por los aires por aquel gigante que idolatraba a su maestro, por más que quisiera acercarse y atacar a ese tipo este parecía predecir todos sus movimientos y mandarlo lejos.

-¡el maestro no eligió a alguien digno! ¡¿Porque me hace esto?! ¡La emperatriz no se merece esto!- se lamentaba Gigantomachia con gruesas lágrimas recorriendo su rostro y pensando en su líder y su heredera, la pequeña emperatriz se merecía algo mejor que aquel mocoso...

Shigaraki sólo apretó los puños con fuerza, esto empezaba a fastidiarle de sobremanera, pero por más que quisiera rendirse, sus ganas de vencer a esa cosa y demostrar que era digno eran más fuertes.

El iba a ser digno de ser el rey de la oscuridad...

E iba a ser digno de su reina.

-00-

Nunca se había llevado bien con el frío, siempre había sido una chica de primavera incluso su cumpleaños era en primavera, aunque debía admitir que siempre fue reconfortante regresar de su trabajo a su departamento y tomar un chocolate caliente.

Una ola de frío volvió a llenar a Sakura, lo que ocasionó que escondiera su rostro en su mullida bufanda roja y metiera sus manos en su cómodo abrigo de lana.

El camino a la universidad fue un poco ajetreado, ya que nadie de la UA podía llevarla tuvo que tomar el metro, no le molestaba en absoluto aunque en el fondo prefería mil veces correr por los tejados de las casas, pero no quería meterse en problemas.

El metro estaba repleto de gente, oficinistas, madres llevando a sus hijos a la escuela, estudiantes, y un sin fin de personas más, a duras penas pudo hacerse un lugar cerca de las puertas. La gente estaba tan apretada que resultaba algo incómodo.