Magnolia púrpura: salud.De un momento a otro la vida, en cuanto la sociedad japonesa concernía, dio un completo giro de 360 grados haciendo que todo el mundo se pusiera de cabeza. No sólo la sociedad heroica había sufrido un fuerte golpe, muchos de los mejores héroes resultaron heridos y algunos incluso murieron en servicio, y no era sólo eso, los héroes empezaban a verse sobrepasados por la reciente situación y empezaban a anunciar su retiro inminente. Todo esto hacía que la sociedad desconfiara aún más de los héroes de lo que ya hacían a raíz de la reciente batalla.
¿Donde estaba su sentido del deber? ¿No tenían que velar ellos por su bienestar? ¿En quien podrían confiar ahora?
Esas preguntas y muchas más (algunas también podían incluir malas palabras) eran las que se hacía la sociedad en esos momentos.
No solo había una creciente falta de héroes, también había cada vez más villanos en las calles en busca de aprovecharse de la nueva situación, y ante la falta de los antiguos guardianes entonces la gente "común y corriente" trataban de hacerse cargo del asunto con sus propias manos.
Cosa que no resultaba muy bien porque por algo los héroes tenían una licencia, aún cuando fueran excesivamente idealizados (en opinión de Sakura) al menos tenían un entrenamiento de años y años de experiencia en el campo y uso de materiales de apoyo, pero los civiles no tenían nada de eso, lo que ocasionaba que lo único que se lograra fuera un gran desastre en cuanto infraestructura y causaba muchos heridos.
-¡denme todo su dinero!
Y ahí estaba otra vez, la pelirrosa suspiro deteniéndose en su camino hacia el hospital y antes de que los patéticos criminales pudieran hacer algo la chica se encargo de ellos y los ato con un tubo de metal que encontró por ahí.
-muchas gracias, señorita- le agradecieron los civiles a su alrededor- es bueno saber que aún hay gente capacitada para cuidar de los demás.
Rápidamente una serie de patrullas llegó al lugar, Tsukauchi miró impresionado la escena que se estaba desarrollando ante sus ojos y suspiro resignado, ya había perdido la cuenta de las veces en las que se había encontrado con la pelirrosa en esas circunstancias, en especial desde la ultima batalla contra la liga de villanos.
-supongo que no me escucharas por más que te pida que dejes de hacer esto...
-¿y dejar que esos idiotas se salgan con la suya? No me venga con eso Tsukauichi-san- respondió la pelirrosa con una sonrisa burlona- ademas, deberían estar agradecidos de que les minimice el trabajo después de tanta demanda que tienen últimamente, por cierto ¿cómo van las cosas?- dijo refiriéndose a la comisión y todo el asunto de la sociedad en decadencia, los políticos de seguro estaban quedándose calvos con todo el estrés.
-igual de difícil que siempre ¿vas para el hospital cierto?-el policía señaló hacia su automóvil ofreciéndole llevarla. La chica se la había pasado las últimas semanas yendo y viniendo al hospital haciéndose cargo de todos lo heridos aunque había hecho un trabajo espléndido con todos.
Podría decirse que muchas muertes se habían evitado gracias a las grandes habilidades médicas de la muchacha.
Estaba seguro de que la única razón por la que la pelirrosa no se quedaba a dormir en el hospital era porque la habían obligado prácticamente a irse a descansar de cuanto en cuanto. Y claro, también se debía a cierta niñita de cabellos plateados y ojos rubíes a la cual había estado cuidando con mucha devoción desde que ambas se volvieron a encontrar.
-00-
Parte de la liga de villanos se había logrado escapar y los había dejado en medio de un completo caos en el que no sólo muchos villanos peligrosos se habían escapado, sino que su desquiciado progenitor al parecer había encontrado la forma de salir de la que se suponía era la prisión de alta seguridad más importante del mundo, pero que al parecer tampoco era tan impenetrable y ahora se encontraba completamente vacía y medio destruída.
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Kunoichi
FanfictionElla murió en la cuarta guerra ninja protegiendo a sus compañeros de equipo. Pero ahí no acaba su historia. Volvió a nacer en un mundo donde su presencia cambiaría el camino de muchas personas de diferente manera. Porque a veces solo hace falta un e...