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                                   Pétalos caídos

La convivencia con Eri le resultaba muy cómoda, siempre tuvo un instinto maternal que nunca pudo reprimir, ni con Chizome, ni con el chico de cabello de nieve, con Sorahiko-san, su maestro o hasta con Izuku-kun o Tensei.

Y es que Eri era una niña tan frágil y hermosa, necesitaba de todo el cariño que ella pudiera darle y con mucho gusto se lo daría.

Si Sakura podía darle una luz a la niña en medio de tanta oscuridad ella lo haría.

Chisaki, alias Overhaul, seguía poniéndole sedantes y alguna extraña inyección que hacía que su fuerza se drenara.

Hasta ahora no tenía ni la menor idea de lo que le hacía Chisaki cada vez que la llevaban a rastras a la sala quirúrgica, sólo despertaba horas después llena de vendas y con Eri a su lado, con preocupación impresa en los ojos rojos de la niña.

Hoy era uno de esos días en los que despertaba después de sus visitas a la sala quirúrgica.

Como de costumbre Eri estaba recostada a su lado esperando a que despertara.

-deberías dormir un rato Eri-chan- con las manos aún temblorosas acaricio los cabellos blanquecinos de la niña, quien, como si fuera un gatito, froto su rostro contra su mano pálida por la falta de luz solar- me alegra ver que estás bien, ¿has comido bien?

Eri la miro con vergüenza, al llegar se dio cuenta de lo delgada que estaba la niña y se propuso cuidarla de la mejor manera, insistiendo que comiera, acariciando su cabello, calmándola  cuando tenía pesadillas, cantándole cuando esta lloraba o simplemente procurando que ninguno de los guardias se atreviera a lastimarla.

Era todo lo que podía hacer en su estado, y eso la llenaba de rabia.

-estaba preocupada por ti- dijo Eri- tardaste mucho en despertar, y el vino aquí.

Sakura se levantó abruptamente y empezó a checar a Eri, siempre que Chisaki iba al cuarto era para llevársela a ella o a Eri, ocasión en la que siempre se aseguraban de atarla y amordazarla para que no pudiera impedirles llevarse a la niña.

Siempre que se llevaban a Eri, Sakura no podía evitar morirse de la preocupación, y cuando la niña regresaba siempre se aseguraba de curar sus heridas y cicatrices, no importaba lo cansada que estuviera.

-¿te hizo algo?

-solo se quedó aquí viéndote fijamente- Eri escondió el rostro en su pecho- tenía miedo de que te hiciera algo.

-tranquila, ya estoy aquí-dijo acariciando la espalda de la niña en forma de círculos- perdón...

Siempre decía lo mismo cada que lastimaban a Eri y ella no podía hacer nada. Si tan solo tuviera su fuerza... tal vez así podría liberar a Eri, esa niña se merecía ser feliz.

Y ella liberaría a Eri.

Sin importar que.

"Es una promesa, ¡dattebayo!"

-00-

All might estaba muy preocupado, el campamento había resultado un tremendo caos. La liga de villanos había vuelto a atacar, no contentos con eso se habían atrevido a llevarse al joven Bakugou.

La prensa estaba ocasionando un escándalo con todos los acontecimientos, muchos incluso se aventuraban a decir que el explosivo chico podía ser tentado por los criminales para unirse a ellos, hasta la comisión de héroes estaba comenzando a exaltarse ante la inminente amenaza de un posible nuevo villano con tal poder destructivo.

KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora