Kunoichi

Historias de una kunoichi

El origen de la máscara, el origen de una kunoichi.

La guerra se había llevado muchas cosas, los cadáveres de sus camaradas y amigos la rodeaban. La falta de chakra estaba haciendo mella en su cuerpo, sólo quería regresar a su casa, a su querida aldea.... junto a sus padres, su familia...

Pero otro deseo opacaba su corazón.

Naruto y Sasuke-kun se veían tan fuertes y poderosos.

Ella sabía que, al provenir de un clan civil, sin una técnica o línea de sangre, nadie la tomaría enserio y mucho menos si estaba junto a ellos dos, quienes provenían de clanes prestigiosos y portaban poderes inigualables. Su experiencia con Kakashi-sensei se lo demostró.

Pero había mejorado, entorno arduamente junto a Tsunade-sama  y obtuvo su fuerza gracias al esfuerzo que puso.

Aunque ella no fuera de un clan poderoso o tuviera alguna clase de poder secreto, los protegería.

Porque los amaba a más que nada en el mundo y ellos merecían ser felices.

Valía la pena sacrificarse por aquellos que amabas...

Y la oscuridad y el frío la llenaron...

Sakura se levantó sudando y con la respiración agitada...

-otra vez no...- susurró Sakura mientras se frotaba el cuello cabelludo.

Esos sueños eran tan reales y familiares para ella... siempre le provocaban una sensación de nostalgia y tristeza que no lograba superar.

Como si algo le faltara...

Su teléfono comenzó a sonar, indicando que le había llegado un mensaje.

"Todo está listo"

Una sonrisa se le escapó. Hace ya algún tiempo que estaba planeando una nueva forma de ganar dinero, sus trabajos temporales no funcionaban del todo bien, y ya no podía regresar a las luchas clandestinas, Satori-san no se lo permitiría.

Con mucha emoción se levantó de su desgastada cama y corrió a vestirse.

Aún era algo temprano y muchos negocios estaban cerrados, uno que otro vagabundo dormido en los callejones... la parte de la ciudad en la que vivía se veía muy diferente sin los maleantes en las calles y los clubes de mala muerte llenos de ruido.

El club de Satori-san no era la excepción, se le hacía muy extraño verlo sin todas esa luces, ni con esa personas ataviadas de joyas y trajes caros, aunque aún conservaba ese olor a alcohol caro y cigarrillos extranjeros.

-me alegra que llegarás- pero Satori-san si se veía igual, con sus vestidos caros y joyas- ven, hay mucho que discutir.

El escritorio de Satori estaba lleno de papeles, hasta tenía un extraño atuendo en un maniquí.

-¿te gusta? Mande a que lo diseñaran exclusivamente para ti, no es nada extravagante, lo importante es pasar inadvertida- explico Satori.

Era un traje completamente negro, con algunos detalles en rojo, consistía en un pantalón holgado y una gran chaqueta de cuello alto con una máscara negra, le recordó a uno de esos trajes de ninja...

Y eso le gusto.

-ahora, sólo necesitas un nombre.

-seré una médico clandestina, no soy un héroe y mucho menos un vigilante.

-no le quites la magia al asunto- Satori hizo un puchero- ademas tus clientes deben llamarte por un nombre.

Sakura volvió a mirar el traje y soltó una pequeña sonrisa.

-kunoichi...

-es un buen nombre- señaló Satori- ahora, esa pequeña máscara no será suficiente- Sakura volteo a ver con curiosidad a Satori, quien tomó un pequeño paquete- es un regalo, de buena suerte. He notado que te gustan mucho este tipo de cosas.

Miró el paquete que se le ofrecía y lo abrió, al ver lo que contenía su corazón dio un vuelco.

Era una máscara de kitsune...

Naruto...