Kunoichi

Capítulo especial

                                   Flor marchita.

No había dolor más grande que el de la pérdida de un hijo.

Era un hombre normal, con un extraño corte de pelo y color pero en lo que cabía era muy común. Creció como un civil, estudio en la escuela civil y pudo heredar el prominente negocio de su familia, se enamoró de una bella mujer y se casaron. Era la vida ideal, la que todos sus ancestros habían vivido, después de todo puede que el clan Haruno no tuviera una técnica ostentosa o produjera genios en la batalla, pero su familia era antigua, tenían tradiciones y cierto poder, pero siempre fueron más pacifista o neutrales, nadie en la familia se interesó por la vida de un ninja.

Pero su hija si, su pequeña flor quedó maravillada por las hazañas que los shinobis y kunoichis realizaban a diario.

Como padre quería cumplir todos los caprichos de su princesa, su única hija.

Mebuki y él tardaron mucho para poder concebir, y cuando menos  se lo esperaron su dulce flor ya estaba en camino. Fue la niña más deseada en el mundo, o al menos eso le gustaba pensar.

Así que como buen padre consentidor fue e inscribió a su hija en la academia ninja. Compro el mejor equipo, las mejores armas, todo fuera por su hija.

Sabía que Mebuki solo aceptó que Sakura fuera a la academia porque tenía la esperanza de que su hija se aburriera en algún momento y siguiera el camino que se le fue marcado desde su prematuro nacimiento.

Pero cuando su flor se graduó, bueno, la esperanza de Mebuki empezó a flaquear. Y también empezaron a dañar a su hija.

El veía como todos consideraban que su niña era una kunoichi sin talento alguno de pelo rosa. Nadie tenía esperanza en la carrera de Sakura como ninja, pero como padre él siempre la apoyó.

Cuando su equipo la hacía a un lado.

Cuando ese Uchiha la dejó con el corazón destrozado.

Cuando entrenaba con la quinta Hokage.

Cuando fue la invasión.

Cuando se fue a la guerra, dispuesta a proteger a esos que llamaba compañeros.

Pero no estuvo ahí cuando su hija dio su último respiro, no pudo tenerla en sus brazos una última vez, no pudo ver esos ojos que tanto amaba y que los dos amores de su vida tenían.

El día en que Kakashi Hatake y en ese entonces, la Hokage, fueron directamente a él y su esposa, con los rostros ensombrecidos y, a su parecer sin una gota de vergüenza, su mundo cayó, su corazón se rompió en mil pedazos y sintió como su alma se iba en busca de su pequeña.

Dejó que Mebuki lidiara con su dolor a su manera, nunca había sido una mujer que se quedara sentada y ahogara sus penas en silencio, ella prefería el enojo. Por eso la dejó buscar culpables, aunque realmente no hubiera alguno más que aquella diosa de la que ahora no quedaba mucho, su esposa no podía ir contra una fuerza divina, al menos eso creía. La dejó proteger los restos de su bebé, pusieron sus cenizas junto a todos sus antepasados, como dictaba la tradición de su familia. Dejó que su esposa prohibiera que tallaran el nombre de su hija en la piedra memorial.

"No merecen ni recordar su nombre" había dicho entre sollozos, mientras una de sus hermanas la consolaba.

Él prefería no meterse en esos asuntos, sólo quería tener el recuerdo de su hija, quedarse en su negocio y ver la foto de su niña, tan hermosa y llena de vida.

Grande fue su sorpresa cuando un montón de ninjas, algunos que conocía y otros que no, estaban en la entrada de su local, ataviados con ropa funeraria, incluidos los antiguos compañeros de su flor.

Aunque su esposa los odiara Kizashi no podía aceptar esos sentimientos, no podría aceptar más sentimientos negativos, con su tristeza y desesperación ya era suficiente.

-Haruno-san- llamó el ahora Hokage, Kakashi Hatake- se que no tenemos derecho a pedirle esto, pero solo quisiéramos visitar por última vez a Sakura.

Kizashi observó a los presentes, los compañeros de equipo de su hija, incluido el Uchiha, los amigos de su hija, personas que la conocieron y apreciaron, no podía negarles eso, a su niña no le gustaría eso. Se metería en problemas con Mebuki seguramente pero valdría la pena.

Después de todo Sakura jamás se ajusto al molde que le habían creado.
Era una experta en romper las reglas, y Kizashi empezaba a pensar que lo había sacado de él, era hora de honrar la memoria de su pequeña princesa.

Todo fuera por su hija.

¿Continuará?...