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                          Azahar: pureza/inocencia

Aunque la familia Iida le estaba pagando muy bien por sus servicios, tenía que seguir trabajando, no pensaba tocar ese dinero y tenía que seguir pagando el alquiler y comiendo, así que tomar un descanso no era una opción.

Y ese muchacho frente a ella si que estaba muy mal.

Las peleas clandestinas en el subterráneo solían ser muy violentas, muchos llegaban a quedar gravemente heridos. Los participantes hacían todo por ganar dinero a cómo de lugar, no importaban las consecuencias.

-no puedo creer que lo hayas dejado participar- dijo Sakura mientras activaba su don.

Mari, una de las que recolectaban "luchadores" y una clase de socia suya, la miro con una sonrisa ladeada por el cigarrillo que se estaba fumando mientras contaba una gran cantidad de billetes.

-el recolector del oponente quería algo así como un pequeño calentamiento para su campeón y ese novato estaba tan desesperado por el dinero que no sabía a lo que se metía.

-aun es un niño Mari...

-en este lugar nadie es un niño, si tiene la edad para andar por las calles y conocer esta clase de cosas entonces perdió toda inocencia que pudo haber tenido- amarró los billetes con una liga y procedió con el siguiente fajo.

-pues para mí lo es, además fue lo suficiente ingenuo para pensar que ganaría dinero con una pelea arreglada como esa. La única forma de ganar dinero aquí es noqueando a tu oponente- se fijo en el chico, estaba todo lleno de moretones, afortunadamente el golpe que le dieron en la cabeza solo había causado que se desmayara- y él no parece ser de esa clase de novatos.

-¿cual clase? ¿Como tú? Aún recuerdo a la flacucha mocosa de frente grande y pelo rosa con una boca muy floja que llegó aquí y noqueó al primer infeliz que se le puso enfrente- dio una calada a su cigarrillo- ya no hay novatos así. Pero ahora eres mi pequeña socia que cura a mis muchachos por una módica cantidad.

-ya sabes que no me gusta hablar de eso.

-que lastima, eran buenos tiempos, ganaba mucho dinero- eso era lo único que le importaba a Mari, el dinero, no importa de donde viniera.

El chico empezó a recuperar la conciencia.

No importa lo que dijera Mari, pudo ver ese brillo ingenuo e inocente en aquellos ojos azules. Lo sabía, porque ella tuvo ese mismo brillo hace muchos años.

-que... qué pasó...

-perdiste la pelea-hablo Mari con un cigarrillo nuevo en la boca.

El chico se mostró decepcionado y Sakura fulminó a la mujer con la mirada.

-no me mires así-Mari se levanto del escritorio y le tendió unos cuantos billetes al chico-tu paga.

-pe.. pero esto es menos de lo que acordamos-el chico pareció volver en si por completo al ver la cantidad que se le era ofrecida.

-perdiste niño, tampoco era como si esperara lo contrario, pero no diste un gran show y...-señaló a Sakura- la atención médica cuesta, no iba a dejarte tirado esperando a que murieras, cuido mi mercancía. Eso es lo máximo que puedo darte. Ahora si me disculpan-dejó su cigarrillo en el cenicero-Tengo negocios que atender. Cierra la puerta cuando te vayas querida.

Sakura observó como Mari salía de la pequeña habitación. Cuando volteó a ver al chico este parecía al borde de las lágrimas.

Soltó un suspiro y sacó el dinero que había ganado esa noche.

KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora