66

1.3K 220 58
                                    

Lirio naranja: odio.

-así que... ¿qué planeas hacer?

-no se de que hablas Mic-respondió Aizawa acomodando algunos archivos en su escritorio sin ni siquiera voltear a ver a su amigo.

El rubio DJ suspiro exasperado por la actitud del hombre.

-has estado enamorado de Sakura desde hace años y aún no veo ninguna clase de acción entre ustedes dos- exclamo el ruidoso hombre- escucha, si no haces algo ella se irá, ya sabes lo que dicen; camarón que se duerme...

-¿desde cuando usas esa clase de dichos?

Present Mic estaba a punto de arrancarse el cabello, lo cual era mucho considerando que adoraba su largo cabello rubio.

-¡bien! Haz lo que quieras pero cuando Sakura te invite a su boda con algún otro hombre no vengas llorando conmigo.

Sonrió al ver como Aizawa fruncía el ceño ante esa idea, al menos podía sentir celos, llegó a pensar que su amigo era una piedra o algo así.

-entonces, suponiendo que quiera... avanzar con Sakura ¿que debería hacer?- el héroe sabía que se arrepentiría de haberle pedido consejos a ese ruidoso individuo, pero realmente no tenía ni la menor idea de cómo manejar esto, toda su vida había sido un hombre solitario que prefería la compañía de sus gatos antes que la de alguna mujer, hasta que llegó Sakura Haruno con una hermosa sonrisa y brillantes ojos esmeralda que destilaban felicidad, sumergiéndose de lleno en su corazón, nadie podría ir en contra de eso.

-primero que nada deja de estar en Sakuralandia, si todo sale bien podrás tener a la real en poco tiempo- exclamo Mic sacando a su amigo de sus ensoñaciones, algo que le pasaba muy seguido desde que la joven Haruno llegó a su vida.

Conociendo a su amigo; siempre tan serio y antipático, eso iba a tardar un buen rato, para su suerte sus clases habían acabado por ese día y podría hacer del hombre todo un donjuán.

Paso horas tratando de explicarle a su amigo lo "básico" sobre el coqueteo breve y de buen gusto, pero el rostro de su amigo le recordó más al que ponía Kaminari cuando Ectoplasm daba sus clases de matemáticas avanzadas.

Estaba empezando a darse por vencido cuando la alarma de emergencias sonó, indicándoles que había un problema dentro de la escuela.

-00-

-Eri, vete de aquí- ordenó la pelirrosa aún intentando cubrir a la pequeña niña.

-no la dejare- la infanta se aferró a la mano de la mujer viendo con miedo al hombre lleno de cicatrices.

-¡ahora!- alzo la voz, cosa que nunca había hecho con la niña.

Al ver la preocupación en el rostro de la mujer Eri aflojó su agarre y miró a Sakura sin saber realmente qué hacer.

-esta bien, no tienes que preocuparte por mi, él no me hará daño- intentó tranquilizarle sosteniendo la pequeña mano con firmeza-¿cierto, Touya-kun?

El hombre sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al ser llamado por ese nombre, sonrió viendo que ella seguía siendo la misma de siempre sin importar el tiempo que había pasado.

La mujer que amaba estaba frente suyo.

Eri observó a ambos adultos y con movimientos apresurados se quitó el listón que adornaba su cabello para entregárselo a la chica.

-le dará buena suerte- exclamo la niña para luego voltear a ver al extraño hombre de las cicatrices- será mejor que no le haga daño...

-se nota que la has cuidado tu- se burló Dabi viendo la influencia que había tenido la pelirrosa en la niña- no tienes nada de que preocuparte, niña.

KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora