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Miosotis: amor desesperado.

-¿quieres que me mantenga oculto?

Había sido un encuentro muy esperado para Sakura, enserio quería saber cómo estaba Chizome, pero tampoco era como si pudiera ir a Tartarus a pedir informes sobre el asesino de héroes, mucho menos cuando ella misma no era precisamente lo que se podía considerar como una ciudadana limpia cuando laboraba como médico clandestina.

En cuanto supo del escape masivo de aquella cárcel de alta seguridad se dispuso a buscar a su amigo por todos los medios, incluso llegó a pedirle a Satori-san que lo buscara, hasta contactó algunos conocidos de su época en las peleas callejeras.

Pero al final dio con él cuando iba en busca de Izuku.

De alguna forma le alegro que Chizome siguiera siendo el mismo de siempre, aquel que quería defender la justicia; de forma extraña, pero nadie podía negar que algo de razón tenía el hombre.

Podía ver en su rostro y complexión lo demacrado que se encontraba, y eso le preocupó aún más.

-es lo mejor para ti ahora que Tartarus está hecho pedazos- explico la pelirrosa colocándole algunas vendas, justo como en los viejo tiempos.

-lamentó haberte dejado sola.

Alzo la vista en busca de los oscuros ojos, pero sólo se encontró con que tenía el rostro volteado buscando esconderle su vergüenza. Si, sin duda seguía siendo el mismo Chizome.

-no fue tan malo, descubrí muchas cosas y, de alguna manera, encontré mi camino.

Chizome enarcó una ceja- porque pienso que te has metido en más problemas- cuestiono de cierta manera preocupado y enojado, la razón de apartarla de él fue sacarla de los problemas, pero resultó que la chica era un imán para ellos. Lo único bueno era que había encontrado gente que le ayudo y la acepto, sabía que tarde o temprano pasaría eso, la pelirrosa tenía una extraña aura que te hacía sentirte cómodo y en paz, cosa que atraía a los demás a la sonriente chica y los terminaba prendado a su persona.

Él lo sabía muy bien, después de todo por algo seguía y quería tanto a esa revoltosa.

-aunque- Sakura le dio un pequeño codazo- sigues siendo mi mejor amigo.

-todavía recuerdo cuando era tu único amigo.

-vaya, haces que suene como una marginada.

-¿no lo eras?

La pelirrosa le dio un golpe en forma de juego, era divertido volver a tener al amigo que la había acompañado en sus peores momentos y en la parte secreta de su vida.

-Satori-san te mantendrá oculto, no tienes que preocuparte.

-sigues siendo la misma a pesar de todo- suspiro cansado, decidió hacerle caso por una vez a la pelirrosa, la última vez no lo hizo y acabó encerrado en una prisión de alta seguridad. No tenía nada que perder.

-00-

Sonrió ante los recuerdos mientras conducía entre los suntuosos caminos boscosos.

-¡chica superpoderesa!

En cuanto bajo del auto Twice la atrapó en un gran abrazo. Había cambiado mucho en el tiempo que había pasado junto a Satori-san, dejó el traje que siempre solía usar junto con la máscara (las sesiones de terapia y ayuda emocional habían funcionado muy bien) además, la vida en la casa de campo de Satori le sentaba bien para meditar y mantenerse ocupado.

KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora