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Camelia blanca: amor inocente

-¡¿estás loca?! ¡¿Tienes idea de lo que acabas de causar mocosa?!

Sorahiko Torino estaba hecho una furia. Su día había empezado muy bien, los taiyakis tenían descuento en la tienda y sabían deliciosos como siempre, no tuvo que patrullar y podía descansar un rato. Hasta que un extraño video llamo su atención. Era tendencia en todo el país.

Y para su sorpresa la pequeña mocosa era la protagonista en ese video. Al parecer unos idiotas se metieron a robar una joyería y la maldita mocosa, como de costumbre, no pudo contenerse de meter su nariz en donde no debía. Los criminales eran parte de una organización delictiva muy buscada en el país, y esa mocosa solo necesito unos cuantos golpes para ponerlos a dormir. Pero a pesar de eso, tales actos eran considerados como ilegales dentro de la ley gubernamental y los actos de vigilantismo eran sancionados tan fuertemente como los criminales.

Eso lo llevo a buscar como loco a la maldita mocosa, que no contenta con sus actos estaba muy cómoda durmiendo en su apartamento, ajena a todo el caos que había provocado. Rápidamente la arrastró hacia su edificio, dispuesto a darle un sermón y arreglar todos los problemas en los que se hubiera metido.

-esos idiotas iban a causar mucho daño- dijo Sakura, viendo fijamente hacia el suelo- nunca he comprendido esa tonta ley que tacha como criminal a cualquiera que no sea un héroe por intentar ayudar a los demás.

Sorahiko solía pensar lo mismo en su juventud, cuando Nana y él aún tenían el sueño de que el mundo estuviera en paz.

-la ley sirve para que estemos en orden, si cualquiera pudiera ir por ahí usando sus dones a diestra y siniestra todo sería un caos- soltó un suspiro- por ahora quédate aquí niña, no tardarán en buscarte y será mejor que yo esté cerca de ti para poder ayudarte.

Sakura no dijo nada y se quedó sentada.

El hombre sabía que la chica tenía buenas intenciones, que dentro de esa armadura que se había creado había un corazón sensible y bondadoso esperando por ser protegido.

Y era justo lo que Sorahiko iba a hacer.

-00-

-¿quien está jugando ahora?- fue lo que escuchó desde el aparato. Junto sus manos enguatadas debajo de su máscara.

-interesante...-dijo el enmascarado, sus secuaces lo miraron expectantes-búsquenla.

Los presentes asintieron, dispuestos a seguir las órdenes de su líder.

-¿está seguro de esto?-preguntó el más bajito de sus secuaces.

-Eri necesita compañía después de todo- dijo, se levantó de su asiento y se dispuso a salir- asegúrate de que la encuentren y que la traigan ante mi.
Fue lo último que dijo antes salir.

-00-

-así que quieres que ayude a esa chica Gran Torino-san-dijo el extraño director, viendo el video y el expediente de la muchacha de cabello rosa.

-sabes bien que de seguro la comisión ya está detrás de ella Nezu- dijo Sorahiko, asustado por el futuro de Sakura- no quiero que sea un títere más de esos tipos. Si la UA la toma no podrán tocarla.

-tiene 19 años, ya no entra en el plan de estudios- dijo Nezu, pensando en las posibles soluciones. El más que nadie conocía lo que era ser utilizado por tener un don que podría ser útil para los demás- dices que quiere ser doctora ¿cierto?

Sorahiko asintió, nunca fue un hombre de fe, pero en estos momentos estaba rogándole a cualquier fuerza suprema que existiera que protegiera a Sakura de las garras de la comisión o quien sea que tuviera el ojo puesto en ella. Si no pudo proteger a Nana al menos protegería a Sakura.

KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora