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Heliotropo: amor eterno.

Conocía a Sakura desde que eran unos niños; el  era un chico que se sentía traicionado por su familia que apenas y podía ponerse de pie debido a la heridas que su don le había provocado y ella era una niña pequeña que lo miraba con ojos preocupados, pero a la vez muy decididos a ayudarle.

Podía decir que los mejores momentos en su vida los pasó junto a ella, siempre tan llena de vida, hablándole de su día a día aunque el no le respondiera, en esos días solo esperaba la llegada de la niña de pelo rosa con brillante sonrisa, aunque su yo más joven negaría este hecho con mucha efusividad.

Todo fue bien hasta que tuvo que irse, porque su rencor hacia su padre y sus ambiciones pudieron más.

Afortunadamente para él, se dio cuenta antes de que fuera demasiado tarde que era mejor olvidar todos aquellos sentimientos que lo lastimaban y decidió quedarse junto a esa mujer, que aunque hubieran pasado los años, seguía siendo la misma niña de brillante sonrisa y ojos vivaces.

Al crecer en una familia totalmente disfuncional en la que su padre no les ponía atención a menos de que tuvieran un don de su interés, desarrolló una actitud por demás posesiva hacia aquello que amaba. Y eso que más amaba era su pelirrosa. Por tales razones no le gustaba para nada la presencia de esos dos hombres que parecían estar pegados a Sakura todo el tiempo.

Cabe decir que a Naruto y a Sasuke tampoco les agradaba Touya, menos las miraditas que se daba con su querida compañera de equipo. Cada que Sakura se distraía por alguna razón los tres hombres se retaban entre sí.

-y ¿quien es él, Sakura-chan?

La pelirrosa sonrió con cariño, indicándole a Touya que se acercará lo tomó de la mano y soltó las palabras que dejaron anonadados a los dos extranjeros.

-el es mi pareja.

Silencio.

-debes estar de broma, por lo que nos has explicado el no es más que un villano Sakura-soltó Sasuke con todo la furia que había estado guardando.

-teme...- puede que a Naruto tampoco le gustara esa idea, pero se notaba que el tipo amaba a la pelirrosa, además de que obviamente al Sakura pertenecer ahora a ese mundo, no tenían ninguna chance de estar a su lado ni muchos menos sacar a relucir viejos sentimientos (sin mencionar que el rubio ya estaba casado).

-tú también lo eras y aún así fuiste perdonado- respondió Sakura con el mismo tono que había usado el Uchiha- Naruto y yo te buscamos por mucho tiempo, estabas cegado por tu venganza y aún así estuvimos dispuestos a traerte de vuelta aunque no quisieras.

Era bien sabido que en una discusión podían saltar muchas palabras sin pensar, palabras que podrían lastimar a los involucrados.

-¿Qué me dices de ti? Siempre estuviste por debajo de nosotros, teníamos que protegerte mientras que tú sólo eras una molestia sin ningún tipo de talento- soltó con furia- fuiste tan tonta que diste la vida por nosotros y por eso ahora estás aquí.

Hasta Touya estaba sorprendido, Naruto miraba con la boca abierta entre sus compañeros, estaba seguro de que Sakura iba a mandar a volar al azabache, aunque debía admitir que se lo tenía más que merecido por idiota, y luego decían que el boca floja era él.

La pequeña mano de la pelirrosa tembló entre la del Todoroki, el hombre podía sentir la tensión de su pareja y tenía una idea parecida a la del rubio sobre lo que iba a pasar.

Sin embargo; nada de eso llegó a suceder, lo que hizo que Sasuke se sintiera como una basura, incluso uno de sus mortales golpes habría dolido menos que ver la imagen de la pelirrosa, con el rostro lleno de lágrimas, completamente destrozada por aquellas palabras.

KunoichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora