Kunoichi

55

Claveles rojos: sacrificio de sangre.

Rei miraba por la ventana de su habitación en la clínica, muchas cosas habían cambiado en el transcurso de ese año. Antes ni siquiera la visitaban, se quedaba sola en su habitación lamentándose y culpándose por el destino de su familia, todos los días se la pasaba atormentándose con los recuerdos de sus hijos, su dulce hija Fuyumi que solo quería tener una familia unida, su pequeño y enérgico Natsuo tan diferente a lo que Enji esperaba de sus hijos, Shouto... su pobre hijo quien tuvo que cargar con todos los problemas de su familia y de paso perdió toda su infancia al igual que sus hermanos. Y por último pero no menos importante; su primogénito, Touya siempre fue lo que su esposo quiso desde un principio, tenía un don de fuego más fuerte que el de Enji y eso lo hizo pensar que el niño sería quien cumpliera con sus ambiciones, pero Touya había heredado su debilidad y todo en su familia se desmoronó.

-¡Rei-san! ¡Mire lo que conseguí!

Sin duda muchas cosas habían cambiado, Shouto empezó a visitarla, ambos intentaban componer su deteriorada relación, sus otros hijos también estaban a su lado. Incluso los doctores se planteaban darle el alta muy pronto.

Y también encontró consuelo en una persona completamente ajena a la familia Todoroki; Sakura Haruno no era como las demás personas, siempre tan animada y decidida, era todo lo opuesto a ella, pero era por eso que la muchacha le caía bien, porque no se parecía en nada a la personas con las que había convivido. No se arrepentía para nada de habérsele acercado aquel día que vio a la pelirrosa en los jardines del hospital.

Siempre que tenía la oportunidad la muchacha la visitaba con algún regalo para que, según la chica, ella no se aburriera de estar tan sola en aquella habitación.

Esta vez la joven traía consigo una gran caja de rompecabezas.

Rei sonrió y se levantó de su asiento para despejar la pequeña mesa que tenía en su cuarto.

-escuche que pronto le darán el alta- comentó Sakura ayudando a la mujer a ordenar la mesa.

La mujer de hebras blancas asintió con alegría- Natsu me ha contado que incluso están arreglando una nueva casa para mi.

-eso es genial, podrá iniciar de cero- exclamo la muchacha.

Pero aquel sentimiento de culpa la invadió de nuevo al pensar en su hijo mayor, y en como el no iba a poder ser parte de aquel momento.

Sakura pareció darse cuenta de aquello y miró a la mujer con preocupación.

-Rei-san...

-has sido muy amable conmigo Sakura-san, a pesar de que yo no lo merezco- susurró la mujer sentándose en su pequeña cama y viendo directamente a sus manos- fui una muy mala madre tanto con Shouto como con mis otros hijos, en especial el... mi pequeño Touya...

Touya...

-¡usted es una buena persona Rei-san!- exclamo la chica yendo junto a la mujer para calmar la incipiente crisis por la que estaba pasando- puede haber cometido errores en el pasado, pero no hace falta que se atormente con ello.

Rei sonrió con cariño hacia la chica- eres una buena chica Sakura, ojalá Touya hubiera visto lo que tu ves en mi.

La pelirrosa frunció el ceño, sabía de la existencia del primer hijo de Rei-san pero la mujer nunca le había hablado sobre lo que había sido de él, sólo sabía que era un recuerdo muy doloroso para ella.

Un punto de quiebre.

-sería un tonto si no lo viera- exclamo la chica haciendo reír a la mujer.