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-J...J-jake...-

HeeSeung no podía respirar, sentia su corazón pararse, la cabeza le daba vueltas, recordando todo lo que pasó a su lado, el dolor volviendo a su corazón.

Se sentía miserable, usado... destrozado...

Quería olvidar...quería olvidarlo a el...pero costaba tanto que dolía...por qué no quería...

-HeeSeung, cariño, te he estado buscando todos estos años-jake soltó su muñeca, abrazandolo por la espalda, sus respiración chocando en el cuello del Omega- creí que nunca te encontraría...

El mayor no sabía que hacer, no podía moverse, se sentía incómodo, su lobo petrificado con la presencia de Jake, Congelado...sin poder hacer nada al respecto... algo en el quería alejarlo, golpearlo y asesinarlo con sus propias manos.

Pero su corazón no se lo permitia...

-Eres un Omega...tu aroma es igual de delicioso-

-N-no...-

-HeeSeung!!-

Los ojos de Jaeyun se abrieron en grande, sosteniendo en brazos el cuerpo inconciente de HeeSeung, sorprendido, pero cuando lo volteo.

Su rostro...pareciera que los años solo agradaban su belleza.

-Cariño, despierta, HeeSeung que tienes?-con preocupación tocó la ardiente frente del mayor, asustado por la temperatura que tenia-

Sin esperar más, lo cargo en brazos y corrió hacia la enfermería, importandole muy poco las preguntas de preocupación de los estudiantes, estaba igual, estaba preocupado por HeeSeung, pero quería calmarse, debía hacerlo para poder hablar con el.

Cuando se fue, Lee era alguien inocente que no supo enfrentar a su corazón, y el...el solo era un tirano con la persona que amaba.

Huyo por miedo, miedo de que el ya no le perdonará, que no pudiera afrontar sus problemas, tenía miedo de confrontar las consecuencias de sus actos sin saber que HeeSeung sufriría con ello. Cuando se dio cuenta de su error, lamentablemente, para el fue casi imposible poder encontrarlo durante cuatro años, la llamada que recibió al final fue un milagro traído del cielo. Deseaba con desesperó el perdón de HeeSeung, y de su hijo...quería hacer las cosas bien sin su cobardía.

-Que fue lo que le pasó?-

La voz preocupada de Somi se escuchó, los ojos vacilantes de la mujer en su persona.

-E-el...solo se desmayo, N-No se que pudo haberle pasado-

La mujer volvió su vista a HeeSeung, inyectandole algún tranquilizante. Estaba preocupada.

-Su Omega está un tanto mal y tiene la temperatura muy alta, pero con unas horas de reposo se sentirá mejor, cuando veas que se quiera despertar, inyectale por favor la geringa a tu lado-

Asintió en silencio, viendo a la mujer alejarse después de cerrar las cortinas que dividían las camillas. Tuvo suerte de que en la escuela hubiera una mini clínica.

Se sentó a un lado del mayor, intentando no hacer ningún ruido que lo despertara, tomando su mano, la calidez y suavidad que había extrañado se sintió, dejo un beso en la frente sudorosa del castaño, mirándole con los ojos cristalizados.

-HeeSeung, perdoname cariño... perdoname..soy un cobarde, un egoísta y un infeliz, pero te amó, juro que te amo HeeSeung, no me olvidó de lo que ise y de lo que ciento, te lastimé por idiota, por querer mostrarles a los demás que no era débil, tanto que termine alejándome de lo que amaba...-un hipido salió de sus labios, mirando al omega mientras secaba las lágrimas que salían- les hice mucho dañó a ti y a nuestro cachorro...y-y me arrepiento...enserio me arrepiento, por qué eres todo para mí HeeSeung, desde detrás de un papel, desde un centimiento atrá vez de la vela de una cena, desde un dulce toqué de nuestros labios, desde tu cálido cuerpo en mis brazos...desde un simple abrazo...desde una simple coincidencia en un puesto de peluches de una maldita feria...cuando mis ojos no podían parar de verte...-

Mi Atractivo y Pasivo Profesor (SungHee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora