Sunghoon es un Alfa normal que estudia la preparatoria, y como cualquier otro chico estába apunto de reprobar una materia, pero ojo, estaba, hasta que llegó su Nuevo profesor, el cual era un Omega...
Heeseung solo tenía que tomar el ex trabajo de su...
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...Muerto...
...Muerto...
...El pronto estaría muerto...
Era lo único que podía pensar Lee HeeSeung, mirando su cuerpo, en ese maldito quirófano,las lágrimas se sentían como fuego en sus mejillas y el pánico adornaba todo sentimiento e facción de su persona, su cuerpo frío se miraba apunto de morir, o tal vez ya lo estaba y era solo su alma observando las esperanzas que tenían los médicos en darle de nuevo la vida.
Miro a Kuanlin entrar al quirófano, enfermeras ayudando a poner sus guantes blancos, vestido con la bata azul que traía el otro cirujano. Inevitablemente tocó su vientre, negando con la cabeza al sentirse tan miserable.
-Hay que extraer el feto muerto, eso estará a mi cargo -solto Kuanlin, el mayor asintio y se apartó- en unas horas le informaré para que vuelva a ingresar, mientras tanto, necesito la área despejada para extraer el feto.
-No....no!!! No lo agas!!! -grito HeeSeung, jalando de sus cabellos desesperado, en un llanto de pena y desconsolación- No!!! Es mi hijo!!! Mi hijo no!!
Sin embargo, sabía que nadie le escucharía, su cuerpo tembló, mirando las tijeras grandes, su cuerpo inconciente, tratado de volver, deseo despertar para detener tal atrocidad y poder salvar a su hijo, quería, anhelaba volver en tiempo y negarse a esa noche, de alejarse y proteger a su cachorro.
Sus gritos se salieron de control, sus piernas temblando corriendo güera del quirófano, sus prendas blancas irritantes, negandose a la realidad que ocurría.
Fuera observó a Soobin, ahogando su llanto en brazos de Jungwon que lloraba en silencio, con los ojos cerrados y el doctor anterior frente a ellos, la firma de su padre en la tabla que supo era el permiso para quitarle a su hijo. Sintió su mundo caer, mirando a las personas desconsoladas por su repentino accidente que HeeSeung estaba seguro le quitaría la vida. Ya no los veria, no podría ayudar a Jungwon y SungHoon se quedaría solo, posiblemente, muerto por su culpa.
-Perdoname....perdoname por favor.... -pidio, mirando a su mejor amigo tán destrozado, su piel pálida siendo acariciada por Jungwon- Perdoname por quitarte lo que más amabas...creí que si alejaba a Jungwon de tus recuerdos te salvaría y podrías encontrar la verdadera felicidad sin saber que ya habías encontrado está en Won...y nunca me perdonaré haberte tratado de arrebatar de su lado, debí entender que ustedes se aman, y respetar su relación desde un inicio... Y ahora estás amarrado a alguien que por más que ser tu destinado no amas...Soo... recuperalo por favor, se feliz...se feliz con Jungwon.
Sin pensarlo dos veces acaricio el brazo de Soobin, dejando un besito en su mejilla para alejarse, admirando lo bellos que se veían juntos Jungwon y Soobin, como si en realidad fuera destinados, una pareja construida a la perfección por la diosa luna. Casi tan igual de hermosa que Daniel y Jihoon que llegaron corriendo. Miro todo en silencio, sus lágrimas corriendo y su alma presente, deseando poder ser más que un simple espíritu que observaba el sufrimiento,poder consolarlos y decirles que todo estaría bien.
