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Cuando los ojos de SungHoon se conectaron con los avellana del chico de hebras rojas no pudo evitar sentirse emocionado

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Cuando los ojos de SungHoon se conectaron con los avellana del chico de hebras rojas no pudo evitar sentirse emocionado. Más después de un par de minutos desvío la mirada, concentrandose a la explicación que estaba dando Soobin, tratando de poner la mayor concentración para demostrar que podía en esa maldita clase suicida.

El timbre sonó, sin mirar a nadie se se levantó de su asiento, encaminándose a Soobin quien no le prestaba atención a nadie, podría pasar un maldito homicidio frente a el y el tarado ni lo notaría con tal de guardar sus cosas.

SungHoon carraspeo su garganta, llamando su atención.

Soobin le miro.

Solo hubo silencio.

Y silencio....

Y más silencio...

-N-no sabes si HeeSeung...s-si e-

-¿Qué le hiciste ahora, SungHoon?-soobin me interrumpió con una ronca voz, cambiando su mirada por una levemente serena, pacífica ante su respuesta- HeeSeung se negó a venir ahogado en lágrimas, está desolado, SungHoon, no se que ha hecho, se negó a abrir la puerta...grito cosas...y-y...y...

El pelinegro guardo silencio, desviando la mirada mientras salía del aula, SungHoon se quedó solo, sin saber que hacer durante segundos, minutos, horas, caminando en silencio por los pasillos solitarios donde hacían eco las voces de los maestros explicando sus clases, algunos que otros alumnos hablando y el sonido que creaban las pelotas de la cancha y cualquier otra actividad de los chicos pertenecientes al club de deporte.

Se detuvo frente al cuarto de limpieza, ese maldito cuarto que fue testigo de las tardes con su amante, con su novio, con su otra mitad, con su Omega, su maldito Omega...ese que no pudo proteger...

Quería llamarlo, pero Jimin le había quitado el teléfono, quería buscarlo, pero HeeSeung le negaría, quería abrazarlo, pero si Omega seguramente le golpearía, quería, deseaba, decirle cuánto le amaba y pedirle de rollidas que no le dejara, pero HeeSeung simplemente dejaría salir en murmuros una corta pero gran palabra "No".

No lo había perdido, claro que no, SungHoon nunca le dejaria ir.

HeeSeung estaría con el así fuera a la fuerza.

Por qué el lo amaba.

Lo amaba tanto que enfermaba.

Una sonrisa apareció en los labios de SungHoon al mismo instante que el timbre indicando el final de una clase más dio inicio, resignando en los pasillos llenos de estudiantes durante varios segundos donde el famoso Alfa Park SungHoon caminaba hacia la dirección contraria de dónde podría encontrarse Lee HeeSeung.

-Hyung, ¡compreme un pastelillo! -exclamo un furioso pero tierno Niki, cruzado de brazos en la mesa donde SungHoon se había sentando para acompañarle- Soobin no ha venido, ¡Y tengo hambre!, Organizar bodas no es nada fácil, nunca se case, Hyung...es un pesadilla...

Mi Atractivo y Pasivo Profesor (SungHee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora