Sunghoon es un Alfa normal que estudia la preparatoria, y como cualquier otro chico estába apunto de reprobar una materia, pero ojo, estaba, hasta que llegó su Nuevo profesor, el cual era un Omega...
Heeseung solo tenía que tomar el ex trabajo de su...
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SungHoon estaba molesto.
Demasiado molesto.
Otra vez estaba teniendo de esos típicos ataques donde su cabeza punzaban fuertemente por alguna razón y su alma se hundía en aburrimiento, su vista vagando buscando algo emocionante o tan siquiera una nómina cosa que le quitara un poco el aburrimiento, que fuera lo suficientemente buena para que SungHoon saliera de su mundo después de meses.
Cinco de enero.
Hasta el día en el que se encontraba sonaba aburrido.
O eso pensó hasta que escucho gritos provenientes de la panadería tres metros más presente. Frente a el un chico cayó al suelo de espaldas en un golpe fuerte, abrazando contra su pecho un bebé enrrollado en sábanas sucias. Segundos después el dueño de la panadería salió un hombre alto y masiso con un gran cuchillo en manos, gruñendo hacia el chico como si fuera a atacarlo en cualquier segundo. Creyó jadear pero lo más seguro es que haya gritado.
Todas las miradas se posaron en el.
El chico se levantó con su bebé en brazos y corrió velozmente a su espalda, protegiéndose de los dos hombres canosos a los cuales obviamente SungHoon les temía, no había comido en más de una semana cosas que no fueran agua y un poco de manzana picada, era obvio que sus huesos se notaban aún más que antes y su piel pálida era acompañada por manchas moradas. Se veía completamente débil y si ese chico buscaba protección, entonces había elegido muy mal su escudo.
-Si no se van, mi hermano les dará una paliza.
¿Qué?.
Se pregunto a si mismo SungHoon cuando escucho las palabras del joven a sus espaldas, hubiera respondido a su defensa desmintiendo al muchacho sin embargo al escuchar los gruñidos de los Alfas del frente y notar el agrio aroma que alberga el Omega supo que no era buena idea.
-¿Qué problema tienen con el señores? -pregunto con la voz rasposa y seca. Los mencionados se miraron entre si con el celo fruncido dudando de si responder a su pregunta o no, SungHoon se aclaró la garganta para hablar mejor.- Dígamelo y yo trataré de arreglarlo.
Los hombres le miraron con una sonrisa.
Mierda, nos metiste en problemas imbécil
Le dijo su lobo, sin embargo SungHoon solo miro a los hombres con una sonrisa temblorosa y dio un paso hacia atrás.
¿Qué hago?.
Con tu cuerpo de fósil no creo que se pueda hacer mucho.
Eso no ayuda.
Corre.
SungHoon tomo la mano del chico detrás suyo y sin importarle mucho los peligros y la consecuencias que traería se hecho a correr lo más que le permitían sus huesudas piernas.
