Caminaba con paso errático, seguramente trazando eses mientras lo hacía. Mientras había estado en el cuarto de Hyeju, me había sentido abrumada. Tuve un momento de intimidad con ella, y eso no estaba bien. Hasta me había permitido sentirme mejor en su compañía y eso estaba aún menos bien. La lluvia había amainado un poco mientras caminaba hacia mi hogar, pero justo cuando llegaba al enorme portón, volvió a desplomarse sobre mí.
Uno de los guardias de seguridad se acercó corriendo hacia mí con un paraguas en mano.
- ¿Señorita Chaewon, es usted? -me preguntó con sorpresa. - ¡Pensamos que había llegado hace horas!
-Me quedé hasta tarde haciendo tarea, es todo. -mentí. Seguí caminando hasta llegar a las enormes puertas de robles, ignorando al guardia que corría detrás de mí, con el paraguas en la mano.
- ¡Wonnie!
Estaba lloviendo tan fuerte que no podía distinguirse nada, pero en cualquier lugar y circunstancia habría reconocido a quien me llamó. Corría como un bólido hacia mí, sin importar que su ropa se estropeara por la lluvia y me envolvió en un efusivo abrazo que casi me derriba.
-Yo también te extrañé, Jimin.
Park Jimin me apartó un poco de sí para verme mejor.
-Estás tan preciosa.
Reí y esta vez lo abracé yo.
-También tú. -hundí mi cara en su hombro y lo estreché con fuerza. Él captó el mensaje y me abrazó aún más fuerte.
- ¡Jimin! ¿Qué haces mojándote aquí afuera?
Mi padre y varios mayordomos estaban parados a poca distancia de nosotros, observando. Nos apartamos y nuestro padre me miró como si no supiera quién era.
- ¿Chaewon? -se acercó. - ¿Qué hacías aquí? ¿Qué no estabas ya en casa?
-Hubo una confusión y me quedé más tiempo del debido, pero ya todo está bien. -aseguré. No quería causar problemas. Al parecer, padre había asumido que después de hablar por teléfono yo me había ido a casa enseguida.
-Ya veo. -Padre aceptó esa explicación sin rechistar. Me tendió un paraguas (aunque ya era inútil. No había nada en mi cuerpo que no estuviese empapado ya) y tomó a Jimin del hombro. -Vamos dentro, no vayas a resfriarte.
- ¡Jimin! -le grité a mi hermano antes de que entrara muy a su pesar. Él y padre voltearon. -¡Ani ahgo eeya!
Todas las personas presentes me miraron como si estuviera loca, excepto Jimin. Él solo me miró con curiosidad y siguió a padre cuando éste lo guio dentro, reticente. Esperaba que hubiera captado el mensaje.
Una vez adentro procedí a tomar una ducha caliente. Permanecí un largo rato ahí, tratando de hacer tiempo. Cuando salí, mi piel estaba arrugada y blancuzca. Me sequé con fruición, queriendo borrar todo rastro de humedad de mi cuerpo y me puse ropa seca. Encendí el televisor y lo puse en un canal de música, aunque era poca la atención que prestaba. Cuando ya estaba a punto de perder la cabeza, escuché que alguien tocaba la puerta, la cual había sido reparada al fin.
-Adelante.
Una rubia cabellera perfectamente peinada se asomó con vacilación. A eta, le siguió el cuerpo de mi hermano.
Sonreí. Seguramente mi sonrisa iluminó toda la habitación.
-Cuando se usa nuestro lenguaje secreto de mellizos, es cosa seria. -me dijo al tomarme de las manos.
-Sabía que entenderías.
Él pretendió sentirse ofendido.
- ¿Acaso pensaste que no sería posible?
Ambo reímos. Él también se había cambiado de ropa. Siempre que se vestía destilaba buen gusto.
- ¿Y bien? -me miró expectante.
-Creo que exageré.
-Chaewon, amo que me des un pretexto para irme a la mitad de las aburridas charlas acerca de la compañía, pero no me engañas.
Le di una sonrisa ladeada.
-Tienes que escucharme muy atentamente, ¿sí?
Él asintió. Yo hablé... y hablé. Continué hablando por un rato que pareció interminable, tanto que hasta sentía la boca seca y pastosa, pero cuando volteé a ver el reloj vi que solo demoré siente minutos hablando.
Jimin se removió nerviosamente en su asiento.
-Wonnie, lo que me estás diciendo es una locura. -se mordisqueó el labio inferior, en un gesto infantil. -Es una broma, ¿cierto?
-No es una broma, Jimin. Sé que es una locura, pero es lo único que podría hacerme feliz. Hacernos felices.
Se frotó la cara, apesadumbrado.
- ¿Qué no lo ves? Es nuestra oportunidad.
-Sabes que padre nunca lo permitiría.
-Tampoco planeaba pedirle permiso.
Lo noté nervioso, pero interesado. Se humedeció los labios y se reclinó hacia delante. Ya estaba: lo había picado el interés.
- ¿Cómo sería?
-Yo me encargaré de lo monetario, y tú te encargarás de ser el revolucionario diseñador de modas que siempre has estado destinado a ser.
-Si padre se entera... -lo corté a media frase.
-Cuando padre se entere, Jimin, ya será muy tarde para que ingreses a la universidad.
-Chae, -dijo él, asustado. -él es capaz de desheredarte con tal de que me abandones.
-Es un riesgo que pienso correr.
Se rascó la nuca, como le vi hacer miles de a veces cuando éramos niños.
- ¿Por qué no pudimos hacer uno en el lugar del otro? -me preguntó con una débil sonrisa.
-Supongo que "se había decidido su vida entera desde el momento en que nació" no se vería bien en nuestras biografías.
Jimin me miró fijamente por uno segundos. Luego, se recostó a medias sobre mi cama, con las piernas extendidas por encima del borde de estas y su torso sobre mi regazo, como cuando éramos niños. Solía hacer esto cada que se sentía abrumado.
-Me has hehco falta. -murmuró con timidez. No parecía el extrovertido y vivaz Park Jimin; parecía mucho más joven de lo que en realidad era. Su expresión se tornó más adulta de repente. - ¿Crees que funcione esto que has planeado?
-No. Pero apuesto a que te mueres por intentarlo.
![](https://img.wattpad.com/cover/303448332-288-k842690.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Cherry Popper | Hyewon
Genel Kurgu[AU] Park Chaewon es la presidenta de Blockberry Creative, una importante cadena comercial de golosinas, quien hace declaraciones homófobas en estado de ebriedad. Cuando esto afecta la imagen de su compañía, ¿qué desesperada acción puede cometer ell...