No, no, no, no, no...
¿Pero qué demonios?
¡Hyeju había caído debajo de mí!
¿Por qué?
Me sentí extraña en cuanto sucedió eso, como si estuviese viendo la escena desde la perspectiva de alguien más. Todo lo que sabía, era que Olly había impedido mi caída con su propio cuerpo, y el equipo de natación estaba profundamente agradecido. Ahora, la trataban como si en verdad fuese una reina. Era un paso bastante grande, aunque no sorprendente para mí.
La tensión parecía haberse aligerado un poco, sobre todo después de esa plática sincera en la enfermería que tan mal me había hecho pasar, aunque considerando mi trato hacia Hyeju en el transcurso de los días anteriores, me merecía por lo menos eso. Ahora, el recuerdo de cómo había luchado por evitarla a costa me provocaba profunda vergüenza. La inmadurez inherente a mi edad salía a relucir, aun si yo hacía esfuerzos descomunales por no ser una adolescente tonta más, sin darme cuenta de que me estaba comportando precisamente así.
Pero es que no podía ceder tan fácilmente. Era un hecho que la dinámica de mi relación con Hyeju cambiaría ahora que habíamos llegado a un punto físico. Sentía que seguir interactuando con ella, por más mínimo que fuera, no me traería nada bueno... ¡si es que ya ni podía mirarla sin pensar en aquello y sentir cómo mi cuerpo reaccionaba! Además, me habitué tanto a estar con ella, en un periodo de tiempo tan breve, que mi cerebro estaba dividido entre hablarle y seguir ignorándole. Me gustaban las risas fáciles que soltaba cuando estábamos juntas, y por más que odiara admitirlo, la naturaleza agridulce de nuestras conversaciones.
La competencia nacional de natación era un evento que llevaba esperando por mucho tiempo. Yo ya era una estudiante de último año, así que sabía perfectamente a qué atenerme.
Era una situación estresante: gente a la que ni siquiera reconoces, deseándote buena suerte. Y era abrumador, precisamente, porque tenías una expectativa por llenar.
Para mí, la única expectativa por llenar, era la de mis padres.
Si bien, mi padre nunca mostró mucho interés en mis actividades deportivas –a las que de manera más que evidente, iba por simple compromiso –mi madre siempre me apoyó en todo lo que yo hiciese. Por tanto, sonreí y solté un chillido de felicidad al verla el día en que llegué a la sede de la competencia nacional. Estaba junto a papá, quien se veía tenso pero aliviado de verme, seguramente ante la perspectiva de quedarse solo más tiempo con ella.
—Neoga manh-i geuliwoss-eo. —me dijo, pero su voz quedó ahogada porque yo la estaba abrazando con toda mi fuerza.
—Nado eomma. —murmuré sin soltarla.
—Ni siquiera estás sorprendida de verme aquí, ¿cierto?
—No. —dije guiñándole un ojo mientras empezábamos a caminar.
Omma podía estar al otro lado del mundo y aun así estar más al pendiente de mí que cualquier otra persona. — ¿Cuándo llegaste?
—Llegué hace un par de días.
— ¿Llevas dos días en el país y no me avisaste? —le pregunté parándome en seco.
—No quería distraerte, además ya estoy aquí, contigo, ne?
Seguimos hablando mientras caminábamos, o más bien, ella me acribillaba a preguntas, y lo seguiría haciendo durante el resto de su estancia. Yo sonreía tanto que me dolía la cara y hasta se me olvidó que papá también estaba ahí, cosa que él notó, pero prefirió no mencionar, probablemente porque recordó la vez que me dejaron en la escuela mientras llovía a cántaros.
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Cherry Popper | Hyewon
Fiksi Umum[AU] Park Chaewon es la presidenta de Blockberry Creative, una importante cadena comercial de golosinas, quien hace declaraciones homófobas en estado de ebriedad. Cuando esto afecta la imagen de su compañía, ¿qué desesperada acción puede cometer ell...