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... la expectación que se ha generado en torno a la pasarela Heaven 'n Hell, la cual ha sido mayor desde que la jefa de la casa de modas anunciase a Son Hyeju como figura central de esta...

... escándalos...

... la chica mala del modelaje...

...saliendo de una fiesta en estado inconveniente...

...agrediendo a un reportero...

...se dice que la joven modelo fue la principal culpable del divorcio de...

Una sarta de tonterías.

Me reí mientras pulsaba el botón para apagar el maldito aparato, pero no había nada de diversión en mi risa.

La chica mala del modelaje. Qué mote tan estúpido el que me pusieron... Pero podía entender por qué me llamaban así.

Chanyeol decía que era algo en mi persona, sea lo que quiera decir eso. Otros críticos decían que era algo en mi mirada. La verdad es que no me importaba, y tampoco es que quisiera crear problemas sólo para tener fama de ser una especie de incomprendida. Ser modelo era como cualquier otro trabajo para mí y ayudaba a pagar las cuentas... Y muchas otras cosas más.

— ¿No te cansas de escuchar todas esas chorradas de ti?

Chanyeol se sentó a mi lado con una tarrina de helado de plátano. Seguí mirando al frente con los pies sobre la mesita del centro.

—Es cansado, sí, pero no hay nada que pueda hacer para hacerles callar.

—Podrías dejar de hacer tantas tonterías. No voy a decirte cómo vivir tu vida, pero la mitad de lo que dicen esos programas es verdad.

—Estás mal: en realidad casi todo es verdad. —contesté riendo con cinismo, lo que me ganó una mirada reprobatoria por parte de Chanyeol. —Oye, no me mires así. Pagué la estúpida ventana de tu tragaluz, ¿no?

Él suspiró y se levantó.

Chanyeol era dulce y le gustaba ver la belleza en todo... Pero qué tremendo marica. De no ser por él seguro que seguiría limpiando mesas, tal vez destapando cervezas, tocando con Magic Man y recibiendo visitas inesperadas de Heejin.

Me mordisqueé el labio.

Heejin, Magic Man, Yoongi...

Días después caminaba por una pasarela de moda, y no de cualquiera, sino de Discordia. Había modelado desde que Chanyeol me descubriese pasmada en su casa como un venado a punto de ser atropellado en la carretera, primero para trabajos menores y casi penosos, pero después de eso había representado a cada casa de moda posible. Fue tremendamente difícil, casi tortuoso, pero me seguía repitiendo que sólo sería hasta que tuviese una oportunidad en la música. Sólo hasta entonces. Era la 'modelo promesa' a mi corta edad y...

Y... No.

Mierda, joder, carajo, puta, no. Todo había ido tan bien: yo caminaba con mis movimientos mecánicos y ensayados, con la cara de muerta en vida que ponía siempre al meterme en el papel de "Hyeju, la modelo", esa que en realidad sólo estaba jugando a ser una muñeca, y entonces pasó.

Algo, no sé muy bien qué, pero un jodido algo me hizo mirar con discreción a un lugar específico y juro por dios que nadie lo notó... Ni siquiera ella.

Y conservé la calma. Continué con lo mío, tal y como debí haber hecho desde que la nombraron mi tutora, desde que la vi toquetearse en su cuarto y desde que sentí una conexión con ella.

Mierda, Chaewon. Como si no me hubieses visto semidesnuda antes, ¿y entonces te tenías que aparecer por aquí?

Mi primer impulso reprimido fue taparme con las manos, súbitamente consciente de que estaba caminando enfrente de un montón de gente desconocida –y muchas más que seguían la transmisión en vivo –usando casi nada de ropa y el segundo fue salir casi corriendo... Pero respiré hondo. Sigue con lo tuyo, Hyeju... Sal de ahí con dignidad. Ya cuando había abandonado el escenario me quité los zapatos y corrí hasta llegar a cualquier lugar y me metí por una puerta.

Y en cuanto pude me quité las alas que tenía puestas... Me estorbaban y las aparté, triste o molesta, algo de eso había. Creo que más bien me sentía furiosa y devastada. Me senté frente a un espejo y me puse a revolver cajones en busca de una libreta y algo para escribir...

Al fin lo encontré. Después de hacer mierda casi todo lo que encontré a mi paso logré hacerme con unas hojas de papel en blanco y un bolígrafo. Comencé a escribir, frenética y sin parar pensando que como yo había cerrado la noche no tardaría alguien en llegar a buscarme, y yo estaba llorando así que debía verme espantosa...

— ¿Hyeju?

Una voz suave y tímida me llamaba y alcé la vista.

Jimin. El hermano gemelo de Chaewon.

Me levanté tan deprisa que volqué mi asiento y Jimin se veía nervioso... Probablemente estaba a punto de decir algo, pero lo interrumpí empujándolo contra la pared con violencia, haciéndole soltar un gritito agudo y le agarré las solapas del traje. Él me miraba confundido y aterrado a la vez, por lo que le tomó por sorpresa que le plantase un beso.

Los labios de Jimin eran suaves, pero no tanto como los de su hermana. Este fue el primer pensamiento que me invadió al sentir su boca contra la mía y me provocó apartarlo casi enseguida.

—M-Hyeju... ¿Estás bien?

Comencé a llorar más fuerte, aun agarrándolo por la ropa con firmeza y aferrándome a él como si fuese mi salvador.

—No, Jimin, no lo estoy.

—Tranquila.

No sé ni cuánto permanecimos así, pero a juzgar por toda la gente que me buscaba me imaginé que fue un buen rato. Jimin nunca me soltó hasta después, cuando alguien trató de abrir la puerta de donde estábamos escondidos.

—Seguro creen que estamos aquí teniendo sexo. —murmuré con la voz quebrada. Sentí dos cálidas lágrimas resbalando por mis mejillas hasta caer. Se veían tan patéticas ahí, en el suelo, justo como yo me sentía.

Él se rio ligeramente. Me ofreció un pañuelo para enjugarme las lágrimas y le sonreí.

—Eres mucho más caballeroso que tu hermana.

Jimin me sonrió de lado, como si quisiera decirme que entendía lo que insinuaba con ello.

— ¿Jimin?

Mi voz sonaba tímida, empequeñecida, como si perteneciese a una niña que juega a ser adulta.

—Dime.

— ¿Cómo está ella?

—Bien. Es un hecho que Blockberry Creative va a ser suyo.

—Me alegro. —Y traté de sonreírle, pero en vez de eso volví a llorar.

— ¿Cómo estás tú? —me preguntó acariciando mi cabello.

—No muy bien.

— ¿Por qué?

Lo miré extrañada... ¿Es que este tipo no me estaba viendo? Pero entonces caí en la cuenta de lo que quiso preguntar en realidad.

—Por todo. —concluí y él asintió.


Cherry Popper | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora