...

187 33 7
                                    

Estaba tecleando algo y yo sólo veía las letras aparecer en la pantalla, pero en realidad no procesaba bien lo que decían y para mí no eran más que pequeñas manchas negras esperando a ser interpretadas; aun así, no estaba particularmente preocupada por esto, aunque no pude evitar pasarme la mano por la cara, frotándome un ojo de forma superficial para no arruinarme el maquillaje. Resoplé acomodando mi cara sobre mi mano, en actitud aburrida y luchando por no quedarme dormida. Últimamente tenía que luchar para vencer a todos esos pensamientos a los cuales se les antojaba aparecer justo al arrellanarme entre las sábanas, dispuesta a descansar. Como consecuencia de esto mi energía estaba agotada de manera considerable, sin mencionar lo horrible que debía lucir. Justo me había dado el lujo de cerrar los ojos por unos segundos cuando la puerta de mi oficina se entreabrió y un tímido Jungkook se asomó por esta.

Di un pequeño saltito por la sorpresa y no hice nada por ocultar mi molestia... Era muy extraño que Jungkook no me avisara antes de entrar, pero no le puse atención a ese detalle.

— ¡Jungkook! Espero que no se te haga costumbre eso de entrar sin tocar la puerta, sobre todo después de esto. —tomé un vaso desechable que dejé descartado minutos antes y lo puse en la orilla de mi escritorio para que viese a qué me refería. —Para empezar, no me he despertado, ¿me puedes traer otro café que no sea descafeinado?

—Era un triple expreso, pero no creo que sea muy efectivo considerando que luces como un personaje de Pesadilla en la calle Elm. —me dijo como si estuviese loca y sacudió la cabeza en desaprobación mientras yo tomaba el vaso y lo examinaba, sorprendida. Hablaba en voz baja y no se alejó de la puerta al cerrarla. —Como sea, creo que tienes un problema mayor entre manos. Christopher quiere verte.

—Dile que estoy ocupada. —dije mientras seguía observando el vaso con detenimiento.

—No, no, Chaewon... Christopher quiere verte y está aquí. —respondió enfatizando la última palabra apuntando hacia el suelo con su dedo índice y eso hizo que volteara de inmediato.

¿Qué? — entré en pánico. —Pues... pues ¡no le dejes pasar!

—Oh, pero ¡Cómo no se me ocurrió antes! ¡Gracias, Chaewon, eres tan lista! —replicó él exudando sarcasmo, pero se puso serio de nuevo. —Lleva una hora aquí y no creo que piense marcharse.

Me recosté en mi asiento, esta vez llevándome ambas manos a la cara, derrotada. Habría sido realmente sencillo llamar a seguridad y hacer que se llevaran a Chris por la fuerza, pero... se lo debía. Yo lo sabía, y Jungkook también lo sabía o de otra forma no me estaría avisando en este momento. Me enderecé de nuevo.

—Dile que me espere unos minutos.

Jungkook asintió, se retiró y yo comencé a rebuscar un espejo como si nada más importara. No era como si quisiera causarle una impresión a Christopher, pero no quería lucir como el desastre que era, así que para cuando entró seguido de Jungkook quien llevaba una tetera y un juego de porcelana para servir el té, lucía como una persona normal y funcional... O casi. La verdad es que no conseguía engañarme ni a mí misma. Chris me miraba con recelo, como si nos acabásemos de conocer, relegando los años de relación que tuvimos.

— ¿Qué tal te ha ido en la semana?

Nada como un poco de conversación insulsa para romper el hielo, pensé. Tomé un traguito de mi té, completamente segura que Jungkook estaría por ahí cerca husmeando, pero sin importarme en serio.

—No ha estado mal. —mentí.

Estuvimos hablando del trabajo por unos minutos, de lo que hicimos en días pasados, los planes que cada uno tenía para el fin de semana y pensé que eso sería todo, hasta que él se quedó callado unos minutos y cuando volvió a hablar, su tono era mucho más formal.

Cherry Popper | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora