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Mi casa no se sentía como tal cuando estaba en la piscina. Quiero decir, sí, sabía de su existencia y todo, pero parecía parte de un escenario distinto. Estaba más familiarizada con la piscina de la escuela o incluso la de otras escuelas del país que con la de mi propio hogar. Rara vez solía utilizarla y cuando lo hacía era más bien para tomar el sol a la orilla de esta, cosa que tenía rato sin hacer.

No tenía por qué alarmarme. La noche del baile había ido bien, ¿no? Al menos hasta que Hannie se olvidó de mi existencia, claro, pero tampoco lamentaba mucho el hecho y hasta estaba un poco agradecida por ello. Pude también estar a solas con Hyeju sin terminar con la lengua en su boca y eso era mucho mejor. Ella fue nombrada la reina del baile, toda la atención se centró en ella y la noche fue como la seda. Todos siguieron bailando y para cuando iba a finalizar todo traté de hacerle entender a Han de manera muy diplomática por qué no iba a pasar lo que él esperaba, ni esa noche ni ninguna otra... Y digo que traté porque al final se quedó en eso: en un intento, y las cosas se tornaron más bien bélicas.

—Es que no puedo entender por qué de pronto se volvió un gran asunto. No tuviste problema con ello antes. —me dijo encogiéndose de hombros. Ya llevábamos como una hora discutiendo del tema y estaba por perder la paciencia.

—Que haya sucedido una vez no quiere decir que sea obligación de ahora en adelante.

—Sólo que me parece una lástima porque pensé que podríamos pasarla bien. —dijo con el tonito que los chicos de esa edad empleaban para darle a 'bien' un significado especial.

— ¡Y lo hemos pasado bien! Tú lo pasaste bien bailando contra un futuro bailarín de Juilliard y yo la pasé bien observándote. —dije con la esperanza de que si repetía demasiadas veces esa palabra él terminaría por creérselo.

—Sabes a qué me refiero. —me dijo con una de sus risitas empalagosas.

Jisung era una persona muy persistente. Sólo que cuando me gustaba yo no lo consideraba 'persistente' sino 'tenaz', la cual es una palabra mucho más bonita. Si tenía ganas de hablar con eufemismos entonces decía 'firme y constante', o apelativos parecidos, siempre con el ánimo de ensalzar esas características que lo hacían tan atractivo a mis ojos y ahora pasaba justo lo contrario. Él me estaría insistiendo toda la noche si era posible y era capaz de hacerlo en verdad.

—Sí, lo sé, pero por eso mismo te dije que no hacía falta que vinieras. —alcé las manos en gesto de cansancio. —Lo único que quiero es irme, ¿vale? Estoy hecha polvo.

—Y lo entiendo... sólo tú podrías haber llevado adelante un baile de graduación y al mismo tiempo conservar todas sus notas perfectas, ganar un nacional y todo lo que tú haces.

Sentía venir un dolor de cabeza. Ahí estaba esa lisonja encantadora que ahora odiaba y me preguntaba cuántas micras de segundo había tardado en formular esa frase que pretendía congraciarlo conmigo. Mi cara se sentía muy caliente cuando sentí que alguien me rodeaba con el brazo y me estrechaba contra sí.

—Ah, ahí está, su alteza. —me sonreía relajada y miró a Jisung. —Ah, pero si es Lee Minho.

Él se rio, pero sólo para disimular que estaba escaneando a Hyeju con la mirada y habría podido pasar desapercibido si no fuese porque yo ya le había notado ese gesto.

—Hola, buenas noches... su majestad, me llamo Han Jisung. —dijo con una leve inclinación cortés. — ¿Esa no es la corona del rey? —preguntó señalando la enorme corona ladeada sobre la cabeza de Hyeju, confundido.

— ¿Lo es? —se la reacomodó riendo. —Caray, al parecer sí lo es. Eso quiere decir que el rey debe estar por ahí paseándose con una tiara. Vaya monarca excéntrico.

Cherry Popper | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora