¿Qué se supone que debía decir? Eso era lo que me preguntaba mientras me terminaba de abotonar la blusa justo al terminar nuestras actividades, y de no saber cómo romper el aplastante silencio terminé admitiendo que tenía miedo como nunca en mi vida y que casi por primera vez no sabía cómo proceder. Años antes tomé una decisión que me pareció difícil y sólo por debajo del día en que elegí quedarme con papá en vez de irme a Corea con mamá; tomé la decisión de ignorar los sentimientos de Hyeju y los míos propios con tal de seguir mi camino sin mirar hacia ninguna otra dirección que no fuese al frente. Sin embargo, eso parecía pan comido comparado ante la perspectiva de volverlo a hacer ahora que habíamos alcanzado una intensidad aún mayor.
Pero...
No podía evitar pensar que ahora había mucho más en juego y un número más grande de personas involucradas. De alguna manera en la adolescencia nos las arreglamos para hacer que lo nuestro pasara casi desapercibido y sin mayor amenaza que las habladurías de nuestros compañeros, a los que en realidad no se les podía tomar demasiado en serio por ser una bola de adolescentes hormonales hablando acerca de otros adolescentes hormonales. Ahora Hyeju –y yo, por desgracia –estaba en el ojo del mundo.
Es increíble cómo cambió el mundo en poco más de diez años, ahora estábamos en la llamada 'era de la información' y la gente podía enterarse de lo que hacías haciendo poco más que apretar una tecla. Me quería reír ante lo amargo e irónico de la situación, pensando que todo esto empezó precisamente por presionar 'Reproducir' al momento en que Olly estaba por llegar a verme y terminó desencadenando una acción tras otra hasta llegar al punto en el que actualmente estábamos... sólo que en realidad no fue ella, sino yo... Ella no hizo sino actuar, tal y como estaba acostumbrada.
Y ahora, gracias a la 'era de la información' parte del mundo me odiaba pensando que era una tonta intolerante e hipócrita que incurría precisamente en aquello que tanto clamaba detestar.
Todos estos pensamientos me martillaban la cabeza mientras hablaba con Hyeju y yo me sentía como si me acabara de bajar de un tiovivo... fue como si todas mis preocupaciones hubiesen querido entrar en tropel a mi mente para causar un desastre más grande del que ya había ahí.
Era todo tan denso que sentí ganas de disculparme y ella no me lo permitió. Eso me pareció cruel en un principio, pero un rato después cuando ya se había marchado comprendí que era una forma de no dejar que me eximiera de la culpa tan fácil. Era lo justo, debía admitirlo.
—No. Ni se te ocurra disculparte, ¿sí? Discúlpate por lo de hace años, si quieres, pero no ahora, ¿me oyes? No quiero una disculpa adelantada. —fue lo que me dijo y supe que esa era su manera de orillarme a tomar total responsabilidad si decidía repetir la historia de nuestra adolescencia. Incluso noté que su voz era trémula y poco había del aplomo habitual en ella.
No era tan fácil como volver a revivir todo exactamente de la misma manera y esta vez decidir que quería estar con Hyeju, porque ahora las cosas no se reducían a algo tan sencillo... Lo cual me hizo recordar que estaba viéndola a escondidas mientras mi novio estaba fuera del país.
"Hagas lo que hagas alguien terminará herido, ¿sí? Christopher o yo... Ni siquiera puedo decir con certeza si tú vas incluida en esa lista."
Tenía ganas de decirle que sí, que yo iría en esa lista indudablemente y esta vez no tardaría unos cuantos meses en estar en paz conmigo misma, si es que alguna vez llegaba a estarlo de nuevo si tomaba la decisión errónea ahora que ya había admitido estar enamorada de ella; quería tanto decirle eso y sin embargo me quedé callada como era mi costumbre... Park Chaewon, la cabeza de una de las compañías de mayor valor en el mercado mundial, conferencista, considerada una de las grandes líderes de la actualidad se mantuvo muda ante la persona que de seguro se quedaría dentro de su mente para el resto de su vida.
En lugar de hablar me quedé frente a ella con la vista fija en algún punto de su pecho que subía y bajaba por su acompasada respiración. Alcé la cara decidida a mirarla a los ojos cuando dijera lo siguiente:
—Te quiero.
La primera vez lo dije justo antes de retirarme para no darle tiempo a responder y admito que también lo hice para no ver su expresión al escuchar eso.
Ahora que la tenía de frente pude ver que ponía cara de todo, menos de felicidad. Sonreí débilmente, reconociendo que no tenía la autoridad moral para enojarme por ello, siendo que la única culpable de tal cosa era yo y traté de restarle importancia al asunto.
—No te estoy pidiendo que me creas.
—Te creo, y al final eso puede terminar siendo muy malo para mí. —esto me lo dijo tomándome de la mano, acariciándola con el pulgar.
—No me gusta que pienses eso, pero tampoco tengo puedo decirte que estás equivocada. —dije con voz débil.
Ella sabía... Sabía que tenía la alta probabilidad de salir perdiendo de nuevo y esta vez de forma definitiva. Todo aquello me molestaba en demasía y sin embargo... no podía rebatirle absolutamente nada, porque no estaba segura de poder mantener ni una sola cosa de lo que dijera. Olly era poseedora de una especie de estupidez redentora que atenuaría su responsabilidad por cualquier daño que ella misma —o yo— recibiera. No pretendo sonar cruel ni mezquina, pero era la verdad; si la gente a nuestro alrededor tuviera los pormenores de seguro dirían algo como "pues qué se le va a hacer, Hyeju es así", y ese 'así' englobaba 'arriesgada y apasionadamente imprudente', entre otros epítetos. Y sé que eso se diría porque es lo que ella ha mostrado siempre, de esa forma tan real y fiel a sí misma que en algún momento llegué a odiar al ver que desenvolverse de esa forma no le era un esfuerzo mayor a respirar o parpadear.
El momento fue roto por el sonido de un móvil recibiendo una llamada. Hyeju lo sacó solo un poco, tan solo para ver a la persona que llamaba y volvió a guardarlo, pero yo vi el nombre.
— ¿No ibas a contestar?
Yo no amaba la idea de Hye hablando y mucho menos intimando con otra persona, pero no podía echarle en cara nada. Tampoco podía esperar eterna y absoluta lealtad para toda la vida de ella si yo no me decidía de una maldita vez.
—No.
Eso no lo esperaba... pero no me impactó demasiado.
—Sabes que no puedo reclamarte nada, ¿cierto? Es decir, mira mi propia situación. —dije riendo de forma culpable al pensar en Chris.
Hyeju apagó su móvil después de la tercera llamada, diciéndome que estaría de nuevo ahí en cuanto pudiese y sonreí con más sinceridad de lo que había hecho en días. Traté de contener esto aun sabiendo lo inútil que sería porque ella sabía ver mis sonrisas secretas.
—Vendré en cuanto sepa que estás aquí.
Quería disfrutar esto tanto como fuese posible. Lo quería tanto, pero no sabía si ese "tanto" podía llegar a ser "por siempre".
Creo que ambas decidimos de manera implícita que fuese cual fuese el desenlace de nuestro actual predicamento, bien podíamos aprovechar el tiempo tanto como se pudiera. Fue así como Hyeju llegó a verme sin falta por las noches, unas veces más tarde que otras, pero no importaba. La fecha de regreso de Chris se acercaba a pasos agigantados y ya habría tiempo para preocuparnos después. Justo ahora recuperábamos tiempo perdido que tal vez no podíamos restaurar, pero sí compensar con nuevas vivencias.
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Cherry Popper | Hyewon
Ficción General[AU] Park Chaewon es la presidenta de Blockberry Creative, una importante cadena comercial de golosinas, quien hace declaraciones homófobas en estado de ebriedad. Cuando esto afecta la imagen de su compañía, ¿qué desesperada acción puede cometer ell...