...

220 38 1
                                    

Sostuve el tenedor en mi mano, inmóvil, sin llevarme ningún bocado a la boca porque estaba muy ocupada viendo a Hyeju comer, o más bien, devorar  su comida. Comía tan rápido y se llevaba bocados tan grandes a la boca, que verla me recordaba a un hámster almacenando comida.

— ¿No te da miedo que aparezca algún paparazzi y te tome una foto comiendo así? —pregunté mirando a mi alrededor. Estábamos en una mesa bastante apartada de las demás, y en realidad, el restaurante no estaba muy lleno. —Ya puedo ver el encabezado: "Son Hyeju se prepara para el invierno".

—Qué más da. —dijo con la boca llena, pero al menos podía entenderle. Se encogió de hombros y tragó. —Una vez me tomaron una foto sin maquillaje, usando los pantalones deportivos más viejos del armario, con la resaca más grande de mi vida, y no se acabó el mundo.

—Bueno, al menos puedo quitarme una preocupación de la mente... ¿es que no comiste en una semana?

—Tres ciudades, seis días, dos conciertos... te da hambre constantemente.

—Asumo que tampoco dormiste larga y tendidamente ninguno de esos días.

—Bueno, llegué a casa y me encontré la tía Dahyun triste. No podía dejarla así y me quedé conversando con ella.

— ¿No has pensado en decirle que venga?

—Sí, lo he hecho... —dijo con un suspiro. —A ella ni siquiera le gusta el clima tropical, y seguro que aquí se la pasaría mucho mejor, pero tiene la esperanza de que la tía Momo cambie de opinión.

— ¿Por qué se están divorciando?

—Mencionó algo de que ella ya no es la nerd del que ella se enamoró, o algo así. Bueno, eso y que tiene un "ojo vago," si entiendes lo que quiero decir. —puso los ojos en blanco. —Pero te puedo asegurar que ella no es ese tipo de mujer, y nunca haría nada de eso. Ama tanto a su esposa que raya en lo absurdo, pero bueno, supongo que ser un asco en el amor es algo que nos viene de familia.

—No seas exagerada. —le dije, sabiendo que me estaba tratando de dar una indirecta. — ¿Entonces tu tía piensa que ella está con otras mujeres?

—Eso creo, aunque suena ridículo. Ninguna mujer podría aguantar a Dahyun, más que la tía Momo. Ella ya debería saberlo.

— ¿O tal vez se cansó de aguantarla?

—No, no es eso. —se rio. —Solo se está dejando llevar por miedos infundados. Dahyun podrá estar un poco... tocada, pero no tanto como para engañar a la mujer de su vida.

— ¿No te parece que tu tía está aún más tocada que ella, entonces?

—Oh, sí, totalmente. Amo a mi tía, pero es un tanto peculiar... y eso la convierte en una mujer rara, por enamorarse de ella.

— ¿Y no te pone triste que vayan a divorciarse? —le pregunté notando la tranquilidad con la que me contaba todo eso.

—Claro que no van a divorciarse, eso es un total disparate. —me dijo como si fuera lo más evidente del mundo. Ahora estaba engullendo el pan que estaba en la mesa. —Incluso si firmaran los papeles de divorcio, terminarán juntas de nuevo. A la tía Momo le tocará seguir junto a Dahyun, y viceversa... es como yo, que estoy condenada a aguantar tu negación por segunda ocasión, más de una década después de la primera.

Hice un esfuerzo olímpico para no escupir lo que estaba bebiendo en ese momento, y lo logré, pero terminé tosiendo y un par de meseros se acercaron a verme.

—Estoy... estoy bien... de verdad... —dije entrecortadamente, mientras Hyeju me daba palmaditas en la espalda.

Logré controlar mi respiración, y miré a Hyeju de forma acusadora. De seguro tenía la cara roja.

Cherry Popper | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora