[AU] Park Chaewon es la presidenta de Blockberry Creative, una importante cadena comercial de golosinas, quien hace declaraciones homófobas en estado de ebriedad. Cuando esto afecta la imagen de su compañía, ¿qué desesperada acción puede cometer ell...
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Mi respiración era pausada, profunda y no pude reprimir una media sonrisa mientras estaba acostada boca arriba sobre la enorme cama de Hyeju. Ya se había vuelto hábito del último mes pasar cada momento con ella y Jimin o con Jinsol, en un intento por alejarnos de nuestros respectivos padres.
No obstante, Jimin a veces se ausentaba –como ahora –y eso daba pie a situaciones como la presente, en que terminábamos hechas un revoltijo de miembros entrelazados y piel en contacto.
Nunca se lo dije a Hyeju, pero me gustaba sentir su peso sobre mí. Era una sensación real y me traía sosiego, a saber por qué. Incluso disfrutaba sentir su extraña temperatura, la cual era siempre muy baja. Teniéndola tan cerca podía observar detalles en su rostro, como la sombra que proyectaban sus pestañas y que le daban aspecto apagado a su semblante, pero no en un sentido negativo.
Se levantó y comenzó a recoger su ropa desperdigada con movimientos lánguidos, sin mirarme ni una sola vez al tiempo que tomaba la camiseta blanca de mangas largas que había llevado puesta y se la ponía con movimientos torpes que esperarías ver en un niño de cinco años que ha aprendido a vestirse solo y no en una joven de dieciocho años, lo cual me habría hecho sonreír, pero yo estaba más enfocada en percibir algo fuera de lo común en su persona. Se había estado comportando de manera distante y desasociada, como si su mente estuviese en otra parte y no conmigo, como normalmente lo estaba.
— ¿No se te hace que esa canción es demasiado gay? —le pregunté tratando de romper el hielo con una pregunta tonta como las que ella me hacía con frecuencia.
This Charming Man de The Smiths sonaba y ella se detuvo cuando pasaba su pie por una pernera del pantalón para mirarme con incredulidad.
— ¿En serio? —se miró a sí misma, en su estado medio desvestido y a mí en mi desnudez completa y alzó una ceja.
—Sí, tienes razón. —convine y ella continuó vistiéndose. Decidí abordar el tema de forma directa. — ¿Por qué te vistes ya? Parece como si tuvieses prisa por irte... de tu propia casa.
—Bueno... —dijo mientras se acomodaba los pantalones y se abotonaba, mientras me daba una sonrisita torcida. —Normalmente eres tú la primera en vestirse como si te avergonzaras de algo, así que decidí ser yo la primera en hacerlo esta vez, para variar.
No me esperaba esa respuesta y parpadeé varias veces, perpleja y sin saber qué responder a eso.
—No me avergüenzo. —mentí.
—Claro.
—Te has estado portando muy rara estos días. —dije levantándome por fin y vistiéndome también.
—Qué va.
—Hyeju.
— ¿Te importa mucho?
—De acuerdo, ¿qué te pasa? —le pregunté abandonando mi actividad de momento para encararla, pero ella ya estaba terminando de vestirse.
Ella se quedó mirando al suelo, una mueca adornaba su rostro y suspiró.
—No tiene importancia. Relájate.
Aparté mi mirada de ella, dubitativa. Me puse la ropa y para cuando volví a voltear, ya estaba calzándose los zapatos. Hice lo mismo y le dirigí una mirada furtiva; estaba sentada en el borde de la cama con la mano en su barbilla, en actitud pensativa. Asumí que no iba a acompañarme hasta la puerta como usualmente hacía.
—Bueno... creo que mañana Jimin y yo saldremos. Te llamaré para ver si estás libre, ¿sí?
Murmuró algo que me sonó como un "ajá", ahogado por su mano. A regañadientes me marché.
No lo entendía... ¿Qué pasaba? ¿Habría ocurrido algo malo? ¿Le había pasado algo a su tía, tal vez? Pero ella me lo diría, ¿verdad? Claro que lo habría hecho. Todavía seguía pensando en esto al llegar a casa, incluso. La misma fórmula se repitió al día siguiente: Olly conversaba conmigo, con Jimin, con todos, pero su cabeza no parecía estar ahí, sino volando muy alto... O tal vez muy bajo. Con horror me di cuenta de que esto me importaba más de lo que debí dejar en algún momento, pero me preocupaba por ella, al igual que ella de mí. Esto dejó de ser una relación puramente sexual desde antes y sólo entonces, ya tan cerca de nuestra separación, me pude dar cuenta.