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—Es extraño. —Chaewon me acariciaba el cabello y pasaba sus dedos entre estos dándome escalofríos.

— ¿Qué cosa? —preguntó en un murmullo.

—Estamos aquí, con poco tiempo antes de que me vaya al otro lado del mundo por medio año, tan sólo hablando y siendo cursis y sin nada de sexo de por medio.

— ¿Estás conmigo sólo por el sexo? —preguntó con voz risueña.

—No, pero podría jurar que tú sí me estás usando. No soy una máquina, Chaewon. —dije con falsa voz afectada.

—La que se está quejando por la falta de sexo aquí eres tú. —dijo sonriendo.

—No me estoy quejando. —aclaré. —Es sólo que es extraño... Hace unas semanas todo era sexo y más sexo.

—Sí, pero esa parte ya ha quedado aclarada. —dijo apoyándose en otra posición para observarme mejor. —Quiero decir, tú y yo sabemos ahora que nos atraemos mutuamente después de tanto tiempo, pero ya pasamos ese punto y sólo quedaba confirmar nuestros sentimientos... Bueno, a mí me faltaba confirmar mis sentimientos por ti.

—Ah, eso suena mejor. —me acomodé en una posición similar a la de ella. —Princesa Gowon, ¿me está diciendo que nuestros días de tener sexo en la oficina han terminado?

—Podremos retomar dichas actividades cuando le dé un aumento a Jungkook, pero por favor no volvamos a hacerlo en una subasta benéfica donde otras trescientas personas nos podrían encontrar, ¿de acuerdo?

—No te lo prometo. —le robé un beso. —Puede que escriba una canción al respecto.

—Ni se te ocurra. —alzó la ceja.

Hubo silencio, pero no de esos incómodos, ni siquiera de esos cargados de tensión sexual, sino uno que traía sosiego consigo.

—Te amo.

—Lo sé, soy genial. —respondí.

— ¡Mierda, Hyeju!

—Lo siento, es que no puedo evitarlo. —besé su frente y sentí un suspiro suyo. —Yo también te amo.

—Ni me lo tienes que decir.

— ¿Qué, ahora tú te vas a poner a presumir?

—No. —el aliento que exhaló al reír me calentó el rostro, así de cerca estábamos, como si hablásemos en secreto. —Es que es la verdad... Al contrario de mí, tú no tienes que decir que me amas porque siempre lo has demostrado.

—No siempre. —Por alguna razón me sentía incómoda con lo que Chaewon me estaba diciendo, como si estuviese insinuando que yo estaba más entregada que ella. —Creo que irme a la cama con Sana no fue una gran demostración de amor.

—Eso no importa, —respondió pasando su dedo índice sobre mi clavícula. —porque sé que no lo hiciste para herirme... No fue así, ¿verdad?

—Por supuesto que no. Sólo... quería no estar detrás de ti, por una vez.

—Me parece justo.

— ¿No te pusiste ni un poco celosa?

—Pensé que no lo habías hecho para lastimarme.

—Y no lo hice, pero es válido que tenga un poco de curiosidad, ¿no?

—Prefiero no responder.

—Eso es un 'sí' a todas luces.

—Sí. —dijo incorporándose un poco para quedar por encima de mí. — ¿Feliz? Bueno, no eran tanto como celos, sino sorpresa combinada con resignación porque sabía que no podía reclamarte nada.

—Eres una buena chica. —dije tratando de besarla, conforme con su respuesta, pero ella se apartó.

—Idiota. —murmuró sonrojándose.

Cherry Popper | HyewonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora