... y entonces le dije "¿La marihuana te abre el apetito? Vaya, pues con razón te gusta tanto comerte esta." —y se agarró la entrepierna con una mano mientras todos reíamos.
Changbin continuó su narración y no podíamos pasar más de dos segundos sin reír. Mi última clase había terminado un poco antes de lo debido y aproveché el rato para quedarme a tontear un rato con los futbolistas, quienes procrastinaban como de costumbre.
—Hey, miren. —Changbin interrumpió su relato un momento para señalar hacia las escaleras.
Chae iba bajando con una enorme pila de hojas y libros en sus brazos; era tan grande que sólo se alcanzaba a reconocerla al ver los mechones de su cabello tan llamativo.
—Ha sido así toda la semana... ¿es que esa chica no para? Entre el anuario escolar, los preparativos del baile de graduación y el nacional de natación yo no sé cómo lo hace.
—También le enseñó a Son a leer, tampoco sé cómo hizo eso.
—Qué risa. —dije empujándolo. —Igual y deberías pedirle que te enseñe a contar hasta diez. O hasta cinco, ya que no creo que tu cerebro dé para más.
Todos se rieron y me mordí el labio.
—Iré a ayudarla. —anunció Changbin guiñándonos un ojo.
—No, iré yo. —me le adelanté. No tenía ganas de ver a Changbin haciendo un pobre intento de platicar con Chae.
Y subí las escaleras bajo la mirada confusa de los deportistas.
— ¿Te ayudo? —le pregunté a Chaewon, quien me miró de reojo y volvió la vista hacia delante aunque no pudiese ver nada. Sus mejillas se encendieron dándole un coqueto color carmín a su rostro cansado.
—No hace falta, esto no es nada.
—Vamos, déjame ayudarte. Es peligroso que no veas por dónde vas.
Hasta el momento, ella iba bajando muy despacio, a ciegas y eso me ponía de nervios. Yo estaba un par de escalones debajo de ella.
—Puedo sola.
—Te puedes caer, y ¿qué sería del equipo de natación si su capitana resulta lesionada?
—Ya te dije que puedo sola, ¿vale? Así que deja de distraer...
Reaccioné justo a tiempo.
Justo a tiempo, al ver cómo Chaewon daba un mal paso en las escaleras y se precipitaba hacia delante. Mis ridículamente buenos reflejos actuaron antes de que pudiera procesar lo que pasaba y logré asirla de la muñeca, inclinándome hacia ella y desestabilizándome yo también. No había nada de lo que pudiera sostenerme, ya que ella estaba del lado del pasamano y lo siguiente que recordaba era dolor... y un gran peso cayéndome encima, dejándome sin aire.
Aún no sé bien cómo, pero pasé de ir a ayudar a Chaewon, a terminar debajo de ella, desorientada y siseando.
—Ay, por dios... ¡Olly!
Bueno, al menos logré que me hablara. Sólo me costó un poco de integridad física.
Ella parecía completamente aterrada. Yo ya hasta me sentía cómoda en el suelo, sobre todo ahora que se había levantado y ya no me aplastaba las costillas. No me enteré de nada hasta que dos de los chicos con los que estaba hablando antes, me tomaron de los brazos y me llevaron a la enfermería, incluso si yo protesté. La caída dolió bastante, pero no era para tanto.
—Les digo que estoy bien. —la verdad es que me sentía traqueteada y quería tomarme un analgésico, pero sobre todo necesitaba que me dejaran en paz para tratar de olvidar que amortigüé la caída de Chae con mi propio cuerpo.
ESTÁS LEYENDO
Cherry Popper | Hyewon
Художественная проза[AU] Park Chaewon es la presidenta de Blockberry Creative, una importante cadena comercial de golosinas, quien hace declaraciones homófobas en estado de ebriedad. Cuando esto afecta la imagen de su compañía, ¿qué desesperada acción puede cometer ell...