— ¿Y a dónde iremos? —pregunté mientras hacía como que rebuscaba algo entre mi bolso. La verdad no me interesaba a dónde estuviésemos yendo, sencillamente porque ya estaba harta.
—Ese restaurant que está al final de la calle me suena bien, ¿a ti no?
Diablos, no. Era el mismo restaurant donde Hyeju me hizo saber que no caería sin una buena batalla contra mi cordura, o algo por el estilo. Prefería comer tierra antes que estar ahí con Chris para recordarme el revoltijo en el que se había convertido mi vida. Pero no podía decirle a eso, por lo que respondí de la misma forma que venía haciendo toda la semana: sonriendo y dando una respuesta positiva.
—Me encantaría. Sólo debes esperarme un minuto, porque me he olvidado de algo en la oficina.
—Te acompaño.
—No, no hace falta. —le aseguré deteniéndolo con un gesto de la mano. Dios, el hombre sí que estaba poniendo a prueba mi paciencia. Parecía determinado a no dejarme sola ni a sol ni sombra. —Iré yo misma y estaré de vuelta antes de que lo notes, ¿vale?
—Está bien. —respondió inseguro mientras se alisaba el saco.
Salí corriendo enseguida. Si mal no recordaba, Hyeju debía estar por ahí ese día y a esa misma hora. Yo misma lo programé. Me topé con ella cuando estaba girando por una esquina y di un respingo, o más bien, mi corazón y mi estómago lo hicieron mientras la tomaba por el brazo y ella comenzaba a reclamar.
—Ven, camina conmigo. —dije mientras la soltaba y volteaba a todas partes.
—Chaewon, ¿qué diablos? —yo estaba casi trotando y ella se esforzaba por seguirme el paso mientras evadía a la gente que caminaba cerca de nosotras.
—Sí, sí, lo sé, lo siento. —dije a modo de excusa y manteniendo mis nervios a raya solo por mero milagro.
—Pensé que te habías muerto o algo así. Vaya manera de dejarme en 'visto'.
—Tal vez si muriera podría disponer de un poco de tiempo conmigo misma al fin. —Respondí resoplando. Estaba tan cerca de mi oficina y de Hyeju, pero también de Chris... La situación entera era como para volverme loca, pero ¿a quién podía culpar? Sólo a mí, por supuesto. —Es Chris.
—Ah, ya veo. Supongo que después de días sin verse tienen muchas 'actividades de pareja' por hacer y se están poniendo al corriente, ¿no?
¡No! No es lo que tú crees. Quería tomarla por los hombros, sacudirla y hacerle entender esto. Mierda.
¿En qué momento se me fue todo de las manos hasta llegar al escenario en el que me encontraba en ese momento? Bangchan desconfiaba de mí, y con mucha razón, y Hyeju pensaba cosas que distaban mucho de la realidad.
Tenía ganas de llorar. Quería llorar ante mi estupidez, esconderme bajo mis sábanas y nunca más salir. Pero no podía hacer tal cosa, era tarde para eso.
—Yo quisiera besarte, Hyeju. A ti, no a él.
— ¿Por qué no lo haces? —se acercó a mí de esa misma forma que no había cambiado ni por el paso de una década, que aún me hacía estremecer. Deseaba besarla en ese momento mucho más que nunca. No sólo porque en serio lo quería, sino para recordarme por qué inicié todo este embrollo en primer lugar... Por qué Jinsol dejó de hablarme, por qué ahora mentía y estaba anhelante todo el tiempo.
—Porque esto es difícil. —respondí al fin. Me podría haber desmoronado ahí mismo, y no lo hice. —Ni siquiera sé cómo hacer que Jin vuelva a hablarme, o cómo acercarme a ella... mucho menos sé cómo hablar con Bangchan, ni cómo aceptarme a mí misma, ni nada.
—Sí, es difícil. Pero al final no lo es tanto, ¿sabes? No si eliges lo que en verdad quieres. Creo que es mejor arrepentirse de haber hecho algo que de no hacer nada.
— ¿Y sin importar lo que elija, me arrepentiré?
Eso no era lo que quería escuchar, pero lo aceptaba sin más, porque sabía que era verdad.
—Eso no puede saberlo nadie más hasta que lo hagas. —me guiñó un ojo de esa forma tan juguetona que sólo ella podría tener en una plática como esa. —Me iré ya. Tu querido novio debe estar por llegar, ¿no? Pero no me voy por eso. En realidad, me voy porque... Si no me besas tú en este momento terminaré haciéndolo yo y creo que te enojaría mucho que lo hiciera aquí, justo afuera de tu oficina.
¡Mierda, Hyeju!
Tenía las orejas rojas, y con mucha razón. Ese tipo de comentarios eran los que me recordaban por qué cada que terminaba de hablar con Hyeju tenía que calmarme un rato para borrar la serie de imágenes que se aparecían por mi mente. Era el tipo de comentario que me había arruinado años antes, haciéndome pensar en ella incluso años después de que todo pasara.
Christopher era guapo, serio, amable, acomedido, ambicioso y un sinnúmero de cualidades más que harían desmayar a cualquier mujer ante tal perfección... Pero Hyeju...
Hyeju era el príncipe de cuento de hadas combinada con el lobo feroz.
Era tan atractiva que dolía verla, pero no era sólo en lo físico. Desde sus gestos, su manera de hablar, pero sobre todo esas expresiones que reservaba solo para mí y que me llenaban de un orgullo secreto. Sólo yo podía lograr eso en ella y sólo ella podía hacerme sentir de tal manera. A veces, cuando se ponía altanera, me daban ganas de abofetearla y besarla a la vez. Era todo tan contradictorio que me sorprendía no explotar de repente. Incluso al discutir había tanta pasión palpable que no sabía cómo reaccionar.
Terminé por tomarle la mano y apretarla un poco antes de apartarme e irme de vuelta a donde Chris me esperaba con visible impaciencia en la cara.

ESTÁS LEYENDO
Cherry Popper | Hyewon
General Fiction[AU] Park Chaewon es la presidenta de Blockberry Creative, una importante cadena comercial de golosinas, quien hace declaraciones homófobas en estado de ebriedad. Cuando esto afecta la imagen de su compañía, ¿qué desesperada acción puede cometer ell...