CAPÍTULO 14/2

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______••Tiempo: Parte II••_____

Venus

Intento meterla para después sacarla, pero no puedo, parece que el agujero se encogió porque no logro que haga ninguna de las dos cosas. Me esfuerzo por empujarlo, pero duele, no entra y agitada como estoy, debo seguirlo intentando hasta que entra y puedo respirar sacando el aire que se alojaba en mis pulmones.

«Por fin»

—Inservible maleta, ¿Cómo puede ser que mi arma no entre en el bolsillo estratégico? Definitivamente no sirve, debo comprar otra. Por poco no sale y tengo que romperla —me quejo.

Estresada, la dejo de lado, no seguiré buscando una solución que probablemente no encuentre aún y tenga que pasar el día aquí en la habitación. Me paso las manos por el cabello. Tengo una pequeña molestia en la sien, palpitando despacio, avisando que me dolerá la cabeza en cualquier momento.

Todo estaba bien, pero mi genio se arruinó hace unas horas cuando por órdenes de Mario tuve que llevarle unos planos de inventarios a mi jefe «Estaba desnudo, DESNUDO. Seguimos en shock».

Nada más a mí se me ocurre la brillante idea de entrar sin tocar o avisar. Siempre tan yo. Y por culpa de las ganas para haberlo hecho rápido; ví lo que no debía. El muy arrogante estaba desnudo, y con una mostruosa erección que al verme, parece que algo le dijo "Apúntale", porque tomó mas fuerza y casi me atraganto con la saliva cuando me dejé lamer como si fuese una paleta sin control

Debí clavarle un tiro entre ceja y ceja pero.... No podía, es el jefe y.... Ahora ¿Cómo elimino esas imágenes de mi cabeza?.

«Posiblemente con una lavado de cerebro, aunque sería mejor cambiártelo por otro, no hay remedio»

Me lanzo en la cama mirando el techo, me entierro los dedos en el cabello y tiro levemente maldiciendo para mis adentros que mi día ya esté arruinado. En realidad no tanto, mejora cuando recuerdo que se fue hace unas horas y su presencia no estará por ningún lado. Bien. Mejor así.

Me quito la toalla y me voy al baño, por segunda vez me ducho, queriendo deshacerme del olor que siento que aún tengo encima. Me aplico jabón varias veces, la crema hidratante y tambien la otra cuando acabo. Me visto con un short corto, camisa suelta de mangas largas y las botas trenzadas. No creo que salgamos, anoche lo hicimos y quedamos en ir a la disco, pero nos quedamos en un restaurante platicando con los mismos.

—Mario ya se desocupó y te llama —Kassia entra con el rostro brillando de sudor—Estaba en el gimnasio, me quedé esperándote.

—Hice en la mañana.

—Lo había olvidado.

Salgo encendiendo un cigarrillo.

—¿Llevaste lo que te pedí?— indaga cuando llego.

—Si.

Evito decirle que por su culpa ví lo que no debía.

—¿Saldrás hoy?

—No creo.

—Aprovecha el descanso, tendremos mucho trabajo este mes que viene.

—¡Venus, ven a ver esto! —me grita Yasmín desde uno de los vehículos de carga— ¡Mueve ese trasero, rápido!

Dejo el cigarrillo en el cenicero, Mario sacude la cabeza en desacuerdo de que fume, pero no le presto atención. Avanzo hasta donde está la pelinegra ayudando a armar la parte delantera de un móvil todo terreno para investigaciones de campo. Kilian está debajo, revisando algo y Marcus viene llegando con una caja de herramientas, su torso desnudo tiene la atención de varias de las prepagos que atienen a algunos de los que siguen trabajando pese a que ya anocheció hace dos horas.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora