CAPÍTULO 38

144K 7.1K 7.4K
                                    

______••Secuela••______

Herodes

Mi pecho sube y baja de manera rápida, estoy agitado, apretando la mandíbula con fuerza, sintiendo como mi cabeza comienza a doler, igual a como he tratado de evitar estos días, pero ya regresó y no me queda de otra más que mover el cuello, frenando mis impulsos.

Dan se posa a mi lado, mirando como huye tomada de la mano de Paulson.

—Señor, ¿voy por ella?

Levanto la mano para que se calle.

—Manda a preparar el jet. Quiero viajar a Seattle.

—Mañana tiene una reunión con...—intenta recordarme.

—Cancela.

—Savannah me llamó para intentar comunicarse con usted pero...

—No quiero saber de nadie. Encárgate de todo.

Entiende a lo que me refiero, camina detrás de mí cuando salgo. Ya prepararon los autos, al llegar a la pista, subo al jet demandando que me traigan una botella de whisky.

La azafata no vuelve a molestarme, lo que queda del whisky me lo tomo de camino al departamento cuando llegamos.

Son las 5 de la mañana, Dan se ocupa de mis pedidos en lo que entro al estudio, quitándome la camisa, me voy directo a la mesa que ya me espera con tres botellas, una cubeta de hielo, un vaso y algunos bocadillos «Llevo 10 horas sin comer»

Enciendo el estéreo, pongo algo de ópera, a un volúmen soportable y suave. Me sirvo y tomo asiento en el sofá de al lado, relajándome, haciendo algo que no quería, pero lo necesito, en esta fecha es lo más normal.

No sé cuántas horas pasan, pero sigo aquí, sumergido en la oscuridad del espacio, mirando al vacío, tomando hasta que la cabeza me da vueltas y mis ganas por quemar el mundo surgen. No me molesta la soledad, la disfruto, pero en este momento no es como quisiera, menos después de haber sido un imbécil e ir a esa discoteca «Todo por ella».

No debí aceptar, pero necesitamos hablar y era el momento para hacerlo, solo que ella tomó la situación para otras cosas «Se fue con él» pese a darle miles de amenazas, siempre hará lo que le venga en gana.

«Ya no es ella. Tengo que alejarme y alejarla lo más posible» eso quiere, sus ojos siempre me lo dicen, siempre.

Me maldigo infinidades de veces por no haber salido cuando iba a hacerlo, por el contrario, acepté darle respuestas y me quedé ¿Para qué? Esto cada vez es más tedioso y sinceramente, mi temperamento no ayuda.

No debería atormentarme la cabeza con pensamientos así, tengo cosas por hacer, mujeres para escoger, entre esas está Savannah, es la más cercana, aparte de conocerme, se amolda a mis exigencias.

Suspiro hondo, me duele demasiado la cabeza y el calor ya me está exasperando, no sé qué hora es, siento haber pasado una eternidad aquí, sin embargo, no es suficiente.

Me hundo en la soledad, olvidando mis responsabilidades, aprovechando para desahogarme con ayuda del licor.

¿Desde cuándo no tomaba hasta este punto?: Desde que me curé de aquellos disparos y regresé a mis andanzas.

No suelo ser del tipo de hombre que estará tomando siempre que sienta peso en los hombros, no, yo prefiero sumergirme en trabajo pesado, distrayendo a mi mente por más cansado que me sienta, no caigo, sigo, obligándome, como siempre. Pero hoy es uno de los días más tensos para mí, y amerita esto; concebir, apresar y distraer un poco las cargas.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora