CAPÍTULO 21

133K 6.1K 7.1K
                                    

______••Psicosis••______

Venus

Montreal, 23 de febrero del 2024.

Una vez que me descargo, ya no necesito fumar para sentirme menos presionada. Darme placer a mí misma, me acaba de ayudar un poco, tenía otra formas, pero esta es la más rápida ya que en unos minutos debo irme a casa del Alpha ya que debo viajar con él, Flavio y su padre.

Que horrible inicio de semana. Bueno, no tan horrible. Será agradable tenerlos a los dos en el mismo sitio. Con suerte, una bomba nuclear les caerá y adiós a dos problemas que le hacen mal a la sociedad. Le haría un favor a la población.

Sigo pensando en la semanita tan grata que tuve en la boda de la hija del ruso. No me quejo; fue relajante estar en medio de tantas caras y mirando las que más me causan felicidad, ajá. Sinceramente, adoro ver a todos en un mismo lugar, eso me recuerda que al enemigo hay que tenerlo cerca, mientras más, mejor.

Cierro mi equipaje, recojo la cartera y salgo. Ya llegaron por Flavio y por mí. Abordamos la camioneta y me mentalizo durante el camino a la mansión. Él va revisando el maletín que tienen sus bebés y yo reviso algo en Google.

—Necesito que hagas entrar en razón a tu amiga y le digas que el acoso no es sano, tampoco algo que le vaya a agradar a la persona que se lo hace —habla.

—¿Te hizo suyo?

—No.

La boda fue el sábado, regresamos ayer y hoy ya nos toca trabajar.

—Si le digo eso, probablemente no me haga caso. No soy su mandataria.

—Pero puede que tome tu consejo. Enserio, no quiero acostarme con ella —se oye cansado de la situación— Me tiene exasperado. Creo que ya tengo ganas por su culpa.

—Sé claro y dile que no quieres nada.

—Temo porque me maltrate o peor, me castre —se horroriza— ¿Te imaginas que tenga que andar sin pene?

—No creo que te haga ninguna de las dos cosas. Se molestará, pero solo eso.

—Es mejor prevenir que lamentar. Dile que no cogeremos.

—Sería mejor si le dices tu mismo.

Me mira a modo de súplica.

—¿Quieres verme muerto?

Ruedo los ojos.

—Díselo de buena manera y ya.

—Paso.

—Ahora eres miembro del escuadrón y aquí la cobardía no es algo que debas tener.

—No es cobardía.

—¿Qué es?

—Ser prevenido para no querer perder mi aparato reproductivo el cual me sirve cuando veo pornos.

—Deberás arriesgarte, no te queda de otra, Martin.

—No quiero morir joven.

—Exagerado.

Al llegar a la mansión, bajo mi equipaje y entro reportándome con Mario que está en la sala hablando por teléfono. Viste elegante, supongo que ya se va y antes de hacerlo, nos reúne a nosotros dos, a Dan y Arturo.

—Lo que iba a hacer yo, queda para Venus; será mis ojos y en conjunto con Flavio, no estarán en el cuerpo de seguridad como tal, pero pueden ayudar cuando estén sin hacer nada —me ofrece la tablet que saca de su equipaje— Revisa lo que tiene. Flavio ya tiene indicaciones. Aquí te doy las tuyas. No me decepciones, serás mi mano derecha.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora