CAPÍTULO 52

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_____••Calamidad••______

Venus

La luna brilla con mucha intensidad sobre todo el lugar, pero siento que nos enfoca solo a nosotros dos cuando mi pareja de baile deja una mano sobre mi cintura, con la otra toma sutilmente mi mano y me acerca hasta él, quedando solo un mísero espacio entre nuestros cuerpos.

Ambas respiraciones chocan. Su varonil, pero exótica loción me tiene levitando, embriagándome las cosas nasales porque mi sistema respiratorio a estado dañado desde mi regreso, pero en este momento, solo puedo disfrutar de su aroma a gloria y elegancia.

Siento que muchos ojos están sobre nosotros, no solo eso, sino miradas llenas de envidia, lanzadas como si de puñales invisibles se tratara; todos directos a mi espalda.

Hay muchas mujeres, todas morirían por bailar con un hombre hermético y distante como lo es Herodes Blackwood, pero en este momento me siento afortunada, grande y poderosa; porque yo seré la primera persona con quién lo hará. Puede sonar sorprendente, pero es cierto, he escuchado muchos rumores sobre él...

"Asiste a eventos, pero nunca baila o se le ve disfrutando estar rodeado de muchas personas"

"Quizás no sabe bailar"

"No baila porque tiene un pacto con el diablo"

"No baila porque es un grosero que no le daría el privilegio a ninguna mujer”

Todos esos rumores de esfuman en mi pensamientos cuando sus ojos no pierden de vista los míos; Hierro y Electricidad, Escudo y Espada, Relámpago y Tormenta. No puedo describir la ansiedad que siento al tenerlo así de cerca.

—No me vayas a pisar —me dice risueño y el cálido aliento de sus rosados labios, me permite persivir el olor a chicle.

—Ya te iba a decir lo mismo —paso saliva, reparando sus facciones.

Se muerde el labio para ocultar la sonrisa que yo si me permito brindarle antes de comenzar a movernos libremente al ritmo de un jazz de Jose James (I've got you under my skin).

Sus pies son ligeros. Me guía de manera rítmica, sensual y sincronizada: como si estuvieramos sobre una nube suave, desolada... Nuestra.

«Es un excelente bailarín» ¿Hay algo que no sepa hacer este hombre?.

No siento el piso, podré estar exagerando, pero parece que floto mientras nos movemos sin dejar de mirarnos a los ojos. Ese azul tan hechizante, tiene una lasciva y cautivadora chispa de brillo hipnotizante.

Damos una pequeña vuelta, me aparta lentamente al estirar su brazo, doy un sensual giro, es ágil al tomar mi cintura y dejarme nuevamente frente a él, deslizando la mano desde mi hombro hasta la punta de los dedos, entrelazándolos otra vez, sin dejar de moverse o mirarme con inquebrantable atención.

—Baila muy bien, Adler —susurra.

Sonrío con complicidad.

—Usted también baila muy bien, señor Blackwood.

Con cada movimiento intento que mi cabello siga detrás de mis hombros. Él observa mi cuello de vez en cuando, sube hasta mis labios y luego mis ojos. El recorrido de su mirada, me hace sentir acalorada, como si estuviera sometiéndome a un fogoso sauna.

No me importa si nos están mirando, en realidad, este momento es solo de nosotros, o así lo siento cuando la música avanza y los instrumentos entonan la melodía con más fuerza, haciendo que hagamos un par de pasos, rápidos, atractivos, ágiles...  Parece que nuestros cuerpos se comprenden sin necesidad de hablar. Una química muy abrasadora.

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