CAPÍTULO 55/2

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___••Pretendientes, Parte 2••____

Venus

En este momento, soy turista. No entiendo qué está pasando. Claro que entiendo perfectamente el idioma italiano, sin embargo, la conversación es desconocida para mí. El ambiente se tornó frío y lleno de tensión por culpa de la presencia de esa tal Anna Simone y ahora Judas Rinaldi quien también se acercó.

La declaración de esa mujer me acaba de dejar sorprendida...

¿Ligue y amigo que casi mata?, ¿Cuál es cuál?

Obviamente Herodes debe ser ese ligue, porque no creo que Judas lo sea... Este es un rompecabezas en donde también está involucrada Savannah.

Tengo miles de incógnitas por cuestionar, pero tendré que esperar. Recién me reconcilio con él y no creo que le guste ser bombardeado de preguntas precisamente hoy. Decido quedarme en el mismo lugar, firme con mi papel de sumisa. Odio hacer de masoquista, pero yo misma me postulé. Ya no hay vuelta atrás.

«El chisme está bueno»

En el rostro de mi jefe no hay ni una sola muestra de descontento o incomodidad, solo un natural desinterés. Y viéndolo bien, también se ve relajado, como si ya estuviera acostumbrado a la presencia de esa mujer.

¿No había dicho que la mataría?

Savannah es la única que está algo tensa, al lado del jefe y en donde ahora se unió Águila, también a presumir a sus sumisas, cosa que Herodes no hace, prefiere quedarse en silencio, mirando a esa mujer fijamente, eso a ella la tiene encantada «¿Abrazo o balazo?».

Judas rueda los ojos a cada nada cuando habla Anna, manteniéndose alejado del tema. No lo veo acompañado por ninguna sumisa, solo Nigel quien me lanza algunas miradas llenas de curiosidad ya que soy la única callada y distante.

Mi disfraz es perfecto, incluso el vestuario hace que mi cuerpo resalte de una manera llamativa, demasiado sensual, viéndose un poco más despampanante. Además, el makeup transformó mis facciones, incluso mis labios; esos que tuve que repasar antes de llegar aquí, todo por culpa de cuenta persona, le dió por besarme, arruinando el labial.

«Imposible que alguien me reconozca»

Agudizo mis tímpanos para poder escuchar lo que hablan, pero la música adquiere más fuerza cuando el presentador habla sobre las dos primeras sumisas, que, están dentro de las dos jaulas de cristal, moviéndose lentamente con atractivas poses, volviéndose el centro de atención de los presentes.

Me centro en lo que hablan delante de mí, pero los aplausos llaman la atención de esa tal Anna quien le dedica una coqueta mirada al Alpha.

Puedo leer sus labios y la perfección con la que maneja el italiano, dejándome claro de dónde es. Se despide, no sin antes asegurar su regreso dentro de unos largos minutos porque una de esas sumisas en venta, es suya...

No me soprende, en el historial suministrado paga mí antes de la misión, leí algunas cosas sobre su vida. Se dedica a la trata de blancas, es experta en eso, pero no de excesivas cantidades; normalmente trabaja con pequeños grupos adiestrados.

—Judas Rinaldi...—Águila lo saluda cuando ya esa mujer se fue y Savannah fue enviada por mi jefe hasta donde debería estar— Un placer verle...

—Diría lo mismo. Pero no me gustan estos lugares, si vengo es porque se lleva a cabo en mi territorio...—su gesto es desanimado y aburrido— Y porque el mismísimo “Black” me invitó...

Eso sí lo sabía, que lo invitarían porque es el líder de la mafia italiana y controla mucho este territorio. Lo hacen más que todo para evitar masacres y reafirmar la decisión suya de cero discordia o revuelo... No es un secreto para nadie. Todos saben que están en Sicilia.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora