ARMAGEDÓN

Especial navideño

Este es un especial estilo fanfic. Están mis personajes, pero en un mundo alterno, algo diferente

________

••Fanfic: Candente Navidad••

Venus

Me encanta la navidad. Anoche no pude pegar un ojo, todo por estar pensando en que hoy serán las audiciones para el recital navideño.

Debo quedar para bailar. Si o si.

Bajo del autobús y acomodo la mochila en mi hombro. Tengo sueño, pero mantengo mi expresión natural y altiva. Un insomnio no va a restarme confianza.

En la entrada de la universidad me esperan Yasmín, Helen y Kassia. Las tres están revisando la ficha de la audición. Yo ya la vi desde ayer «ventajas de conocer a los encargados del marketing»

—Las cuatro tenemos que quedar —le escucho decir a Helen.

—Lo haremos —termino de llegar.

A todas las saludo con un beso en la mejilla. Son mis mejores amigas desde la preparatoria, y ahora cada quien estudia algo diferente.

—Conferencia CEM —decreta Yasmín y todas formamos un círculo, menos Fátima que nos mira raro después de saludarnos.

—¿Qué es eso de CEM?

—Chisme de emergencia masiva —explico.

—Ustedes son raras. Mejor me voy o llegaré tarde a mi clase de equitación.

—Deja de mentir. Todas sabemos que vas a besarte con la profesora de matemáticas cuánticas —palmeo su espalda.

—Claro que no.

La mirada de todas le deja claro que ya conocen ese secreto y lo solo yo.

—Te gustan sus tetas —Helen se señala las suyas con morbo divertido.

—Perras —se va caminando rápido.

—¿En qué estábamos? —retomo el tema.

—El recital será supervisado por la profesora Megan. Ni siquiera sé por qué se molesta en eso —Yasmín se queja— No la soporto.

—Yo tampoco. Su actitud da asco.

Kassia aplaude para que callemos.

—Olvidémonos de ella y mejor vamos a calentar después de las clases. Ese recital será el show más grande que el pueblo haya visto. Tenemos que quedar como protagonistas.

Mi teléfono empieza a sonar.

—Voy tarde a mi clase —echo a andar.

—No hemos terminado de hablar.

—Nos vemos en la cafetería.

Casi que corriendo, atravieso los pasillos y llego a la puerta del aula. Antes de tocar, retomo el aire que perdí y me enderezo. Un minuto tarde, por suerte la profesora Cleopatra no es tan exigente a menos no conmigo.

Llevo los nudillos y toco dos veces.

Nadie sale.

Todo nuevamente y a la segunda vez, mi mano queda en el aire cuando la puerta se abre y un espécimen muy guapo, alto y musculoso abre, mirándome con enojo unos minutos hasta que luego enarca una ceja, mirándome de arriba abajo. Sus ojos son azules, hermosos y llamativos. Muy profundos, eléctricos. Me quedo como una tonta reparándolo. ¿Quién es este adonis tallado por los dioses? Viste un traje negro a la medida y huele malditamente a gloria.