CAPÍTULO 28

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_________••Puñal••_________

Venus

Al bajar del auto, tomo el mango de mi equipaje y me acomodo la cartera en el antebrazo antes de quedarme mirando la gran y fabulosa edificación a la que acabo de llegar para quedarme durante tres días «Uno de los hoteles de mi jefe».

Siento que ya había estado aquí, no lo recuerdo bien, ni siquiera tratando de que mi cabeza se esfuerce en proporcionar algo que me sirva y aclare la duda. Detesto este sentimiento de incertidumbre, el no recordar la mayoría de las cosas, y que solo estén las que no hacen más que seguirme pudriendo por dentro.

En algún momento todo regresará, sé que no ahora, pero tengo la certeza de que así será «Debe ser así» aunque aveces me pregunto para qué quiero recordar, eso sería hacer mucho ruido y desenfocarme; ¿Qué podría hacerlo? Creo que ningún recuerdo “bueno” podría aplacar el dolor que me generaron la cantidad de malos que quedaron.

—Venus ¿Te quedarás ahí parada? —me pregunta Yasmín.

—Voy.

Nos vinimos todas juntas, en el vuelo de la mañana, por lo que son las 10 AM y ya estamos aquí en las Vegas. Los chicos aún no regresan, tampoco sé en  dónde están; Marcus no me ha dado esa información, la última vez que hablamos, solo me dijo que debíamos venir aquí. Supongo que deben venir, son parte del escuadrón y claramente mi jefe no puede perderse esto, es el novio.

Suena horrible llamarlo así.

Pasamos por la recepción. Con solo dar nuestros datos, se nos facilitan las llaves y nos suben el equipaje mientras que nosotras tomamos un ascensor distinto. Las chicas hablan sobre salir, tomar e ir a la piscina... Enola es la que menos socializa, y cuando las puertas se abren, es la primera en salir sin decir nada. Aún sigue molesta con Helen quien se nota más tranquila de lo normal.

—¿Andará así de alejada del grupo? —habla Kassia mirándola cuando se adelanta.

—Déjala, es su problema —Helen le resta importancia.

—¿Tan poco te importa que hayas roto la amistad que tenían?

Se encoje de hombros.

—No sé sentir, ¿Debía dolerme o causarme arrepentimiento?

—No seas tan mierda, Helen —ataca Yasmín.

Avanzamos por el gran pasillo.

—En parte tiene razón. Pero el orgullo de Enola es lo que la tiene así de alejada del grupo —dice Fátima.

—¿Y qué esperaban? No va a a hacerse la ciega después de que su amiga de confianza se besara con su ex y posiblemente persona que más le importaba, porque después de esto, ya no lo verá de no ser por cuestiones laborales.

—Me da igual si me habla o no —espeta Bianchi— Eso no me mantiene y tampoco me importa.

A diferencia de Yasmín, todos siguen siendo los prototipos de la fortaleza. Queda más que demostrado cuando Helen se le posa en frente a la pelinegra y la reta con la mirada.

—No te metas en lo que no te concierne. Ocúpate de tus peleitas con Kilian.

Adopta la misma postura.

—¿Y si no lo hago?

Las separo. Ya suficiente tuve cuando se pelearon en el departamento. No dejaré que hagan eso aquí, no ante mi presencia.

—¿Se pueden calmar?

—Vinimos a divertimos. No creo que al jefe le guste que hagan un escándalo por algo así —habla Kassia.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora