CAPÍTULO 44

157K 7.1K 10.1K
                                    

____••Emporio••____

Herodes

Provincia de Kandahar, Afganistán. 20 de junio, viernes.

La aeronave aterriza en una pista privada algo deteriorada. Somos recibidos por mi comprador Rayhan, quien a unos cuantos metros, en compañía de más de 20 hombres, espera los tanques.

Me acerco con Adler y Mario a mis costados, sin olvidar a Dimitri. Dan se encarga de que bajen lo que trajimos y de distribuir a mis hombres para flanquearme.

El calor es asfixiante, ni siquiera la brisa refresca, no hace más que levantar tierra y polvo.

—Alpha —me saluda, extendiendo la mano pero no la recibo.

—Rayhan —es todo lo que digo— Espero que tengas mi dinero.

Sonríe con complicidad.

—Y mucho más que eso.

Nos adentramos al bosque por un camino despejado, en dirección a un antiguo pueblo de la zona, está casi en ruinas, solo hay carpas, carros y hombres de Rayhan; sus asesinos, ex militares y alimañas que viven saqueando pueblos. Suelen hacerle trabajos al gobierno, son una clase de segunda opción para hacer actos sucios, esos que no pueden involucrar a sus milicianos “correctos”.

—¿Desea algo de tomar o comer? —se mantiene atento.

—Estoy bien así.

—Vayamos a la mesa estratégica.

Se supone que solo vine a traer los tanques y a cerrar acuerdos, pero una vez que entramos en temas delicados, garantizo que los ayudaré a tomar una ex base militar en donde se queda un grupo de guerrilleros.

Podían haber atacado desde hace mucho, pero necesitaban lo que traje y Rayhan sabe que me conviene; son hombres de Jeremías Vasone, el traidor que se salió del tratado de paz para ayudar a Braden a falsificar armas y venderlas en Pakistan, quitándome compradores y zonas que son de él ya que su clan es de allá, pero cuando él me dió acceso, nada frenó mi avance.

En la mesa, despliegan algunos planos de la estructura, Mario y Adler los ojean mientras que yo hablo con el afgano, sobre el trato que tenemos y los límites. No me preocupo por sacar estrategias para lo que haremos, los dejo a ellos dos encargarse de eso, son mis manos derechas y mi dupla de confianza.

—Alguien meticuloso o verdaderamente inteligente, no dejaría evidencias o cavos sueltos —le explica ella a los asesinos de Rayhan cuando proponen algo que no le agrada— Debemos sopesar hasta la más mínima cosa. No podremos en riesgo la vida del Alpha, menos por un simple cuartel de pacotilla.

Los murmullos se esparcen rápidamente.

—¿Por qué traen a una mujer?

—¿Y si no es confiable?

—No arriesgaré mi vida con un plan nuevo, ya tenemos uno desde mucho antes.

Siguen quejándose ya que es la única mujer aquí, no pueden creer que esté dándoles indicaciones mejores de las que ya tenían.

—Saben qué...—espeta— Hagan un mejor plan y espero que tengan suerte y al Alpha le guste.

—O la escuchan, o se joden y se quedan sin cuartel —alega Mario mirando al líder— Por ser mujer no significa que no sepa. Es una alfa, mejor que tres hombres tuyos.

Noto como la hicieron molestar a tal punto de cruzarse de brazos y sentarse, mirándolos a todos con ganas de arrancarles las extremidades, se ve como una psicópata caprichosa, eso me hace sentir acalorado.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora