CAPÍTULO 43/2

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___••Negligencia: Parte II••___

Judas

Mi suerte ha estado cambiando y no me quejo, menos cuando dejo de escuchar lo que me dice Jasha Orlov, a medida que nos acercamos al pequeño grupo de personas en donde mi atención se la lleva solo una persona.

«Venus Adler, la diosa de diosas»

¿Puede ser mejor mi día?: No lo creo. Sabía que los Blackwood estarían aquí, pero no que también la diosa de mis pensamientos.

Todos los ojos están sobre mí, mis movimientos cuando hago caso omiso a lo que dice Jasha y llego hasta ella, extiendo la mano, hace lo mismo y no tardo en dejar un beso sobre su dorso, sonriendo satisfecho de haber venido gracias a las insistencias del ruso.

Sus hermosos ojos cristalinos, sus labios carnosos y rosáceos, siempre será una de las maravillas que jamás podría cansarme de contemplar.

—Mia bella dea —sujeto su mano entre las mías— Vederti sarà sempre un piacere.

«Mia bella dea. Vederti sarà sempre un piacere= Mi hermosa diosa. Verte siempre será un placer»

—Judas, il piacere sarà sempre mio —sonríe.

«il piacere sarà sempre mio= El placer siempre será mío»

Con elegancia, suelto su mano cuando Jasha deja la suya sobre mi hombro, quizás para que note que todos nos miran, algunos mal, otros sin darle importancia y el Alpha, inexpresivo como siempre, sintiéndose mejor que todos.

—Señores —los saludo antes de ver a las acompañantes— Señoras...

Sonrientes, saludan con un leve asentimiento de cabeza. Reconozco solo a Lucinda y a la esposa del ruso, la señora Zaria que acaba de llegar, la otra creo que es Elyana, hace mucho no la veía, y por último, el gran Dwayne Blackwood.

—Dwayne —estiro la mano para saludarlo.

—Judas —la recibe, sin inmutarse o mostrar una sonrisa como la que les brindo.

—No sabía que estarías aquí. —le da un vistazo rápido a Jasha— Es la boda de mi hija y por lo visto, sus padres son poco importantes como para informarles.

—No diga eso, señor Dwayne —media Zaria, apenada— Confirmó su asistencia a última hora.

—Aún así, merecíamos saber sobre su invitación y relación con ustedes.

—Vaya —comenta el Alpha con ironía— Aún no somos familia y ya existe la falta de confianza. Eso no es algo tolerable, señores Orlov.

Palidecen bajo su mirada amenazadora.

—No es lo que parece, señor...

—No me quiera ver la cara, Jasha. Odio las bodas y esta no es la excepción ni siquiera porque sea de mi hermana.

—Puedo explicarlo...

—No me venga con explicaciones baratas, no estoy de humor.

—¿Quieren algo de tomar? —pregunta Zaria para calmar el ambiente— Iré por unas copas.

Veo la hora en mi reloj, faltan solo 10 minutos para que de inicio la ceremonia y no desperdiciaré ninguno. Siguen hablando, yo me vuelvo hacia la pelirroja y le ofrezco mi brazo.

—¿Me concederías unos minutos para caminar a tu lado?

No duda, acepta y creo que la estoy salvando ya que antes de acercarme completamente, ví como Lucinda y Selena, hablaban, mirándola como si fuese menos.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora