CAPÍTULO 75

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•• ¿Tregua? ••

Herodes

Huele a humedad y marihuana. Las mujeres se pavonean para que los hombres que me rodean las vean. En varias ocasiones tratan de llamar mi atención, sonriéndome o pasando delante de mi con sus caminatas atrevidas.

Suelto un pequeño bostezo, acariciando la cabeza de Dimitri que está sentado entre mis piernas. Estoy aburrido. Este sofá me está haciendo dar dolor de espalda.

—¿Más licor? —Giulio se acerca con la botella.

Muevo la mano para denegar su presencia.

Después de que Giovanny reafirmara lazos con este sujeto y los otros, ya la zona está segura y tuve que venir a comprobarlo.

—Hay mujeres hermosas —comenta Lorenzo cerca de mí. Tiene a una sobre las piernas, tocándole las tetas— Alpha, ¿No quisiera compañía?

—No.

—Más respeto. El Alpha ya tiene novia, su mano derecha —le recuerda Giulio.

—Antes tenía novia e igual se divertía. ¿se negará un poco de distracción?

La novia que tengo ahora no se lo pensaría dos veces antes de arrancarle las lenguas a cada uno. Ella lo vería como sonsacamiento.

—Con una novia así yo tampoco sería infiel —comenta Franco— Estamos hablando de Venus Adler. Cierra la boca o vendrá aquí y también nos apuñalará o cortará el pene.

—Necesito una mujer así de peligrosa —exclama.

—Mantén la lengua quieta y los ojos en otro lado —me acaricio la barbilla— Me resulta muy molesto escuchar a pervertidos hablar de lo que es mío.

—No quisimos ofenderlos, Alpha —Franco los disculpa.

—Haz silencio —le ordena Giulio a Lorenzo.

Cómo el encargado de los grupos delictivos de la zona, puede demandar, tiene un poco más de poder.

—Cero mujeres para el Alpha —Franco echa a las que intentaban acercarse— O la sirena maldita vendrá y las matará a todas. No se anda con juegos.

«Ese apodo siempre me hace respirar hondo»

Me gusta que hablen de mi peligrosa que es Adler, pero no que fantaseen con ella y en las conversaciones se note, precisamente cuando estoy presente.

Evito pensar en lo orgásmico que me resultan los celos de cierta persona. Eso nunca se lo soporté a Megan, en cambio, ahora puedo ver qué mi anterior relación no era más que una farsa sin derecho a considerarse relación.

Le doy un sorbo al trago. Siento que llevo horas aquí. Son la 1 de la mañana, Dimitri no se despega de mi, por lo que me inclino hacia adelante para acariciarle las orejas en busca de no exasperarme.

—¿Sigues molesto? —miro a Giovanny.

Se acerca un poco para poder responder.

—Mentiría si digo que no, señor. Es un tema muy delicado para mí. Savannah manchó la memoria de su madre al volverse sumisa de usted.

—Los hijos son libres de decidir sus caminos, Hannover —le recuerdo— Te digo esto con la intención de que no me guardes rencor. Puedes verlo como un salvavidas para ti. Mientras mejor te sientas, evitas pensar en cometer alguna locura que te deje en mala posición.

—Mi molestia recae sobre mi hija. Es ella quien me faltó el respeto. Estoy firme en mi trabajo. Los Hannover juramos lealtad hace muchos años atrás; para servir y darle consejos al Alpha.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora