CAPÍTULO 07

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________•• Presente••________

Venus

South África, 27 de Diciembre del 2023.

Falta poco para año nuevo y salir de aquí. Lo primero me tiene sin cuidado, solo me interesa una sola cosa y por los momentos debemos estar en esta mina. No me quejo, estoy aprendiendo todo lo que puedo y debo.

Ver de nuevo Mario, fue sentir que ya estoy un paso más adentro, se fue, pero dejó a Marcus a cargo de nosotras que en estos momentos estamos en el área de empaque en dónde están cargando algunas cajas en el camión, deben llevarlas a la pista de despegue porque en dos horas llega la aeronave que las moverá a Kiev.

Kassia sube revisando que todo esté bien acomodado, por mi parte reviso el historial de lo que se enviará, en cantidad, es bastante y no es fácil de extraer como tampoco de limpiar, lo deben envasar en un especie de caja de algún metal especial que lo conserva hasta poder trabajarlo y convertirlo en los diamantes.

Según escuché, el volcán lleva años inactivo, de las montañas emana la fuente de un manantial el cual pasa por dentro de la mina, la humedad fue compactando la tierra junto con la lava, las propiedades, más la de un componente que se formó con los altos niveles de toxicidad que adquirió la tierra y estos se fueron colisionando hasta que todos crearon un mineral radioactivo que resulta fatal si no se extrae de forma adecuada.

Cuando lo sacan, es un procedimiento difícil y de cuidado, no se puede tocar con las manos o exponer la piel; se deshace si lo tocan.

Esta mañana lo ví cuando un sujeto accidentalmente se cayó en un área de dónde lo estaban extrayendo, salió gritando, parecía que se le iba a desgarrar la garganta y cuando lo sacaron, ví como su piel se escocía con rapidez, como si se pudriera. ¿Cómo detuvieron lo que le causó? No lo hicieron, lo mataron con un disparo en la cabeza. Y aún así, la piel seguía siendo absorbida.

—Creo que ya está. No entran más— me avisa Kassia.

—Son todas las que deben enviarse.

—Por suerte.

—Nos toca supervisar la llega de los nuevos trabajadores— paso las hojas revisando lo que sigue después—, Y también revisar que los vigías de la zona estén en sus puestos, si no hay novedad o contratiempos.

—Nos toca más trabajo que ayer.

—Eso sin contar lo que seguramente nos vendrá a ordenar mister cara de culo.

—Marcus anda demasiado pendejo. No sé que le sucede, creo que sufre del mal de pito.

—¿El qué?

Se me acerca revisando que nadie la oiga.

—Palpitaciones en el pene y eso le altera el genio y más cuando no folla.

Inevitablemente se me escapa una risita al recordar cómo me evade desde que me lo cogí hace unos días.

—Necesita una vagina de plástico, esa la podrá llevar a todos lados.

—Se la voy a regalar ¿Cuándo será su cumpleaños?

—No lo sé. Pero se la puedes dar cuando salgamos de aquí.

—Yo la compro y tú se la das.

La miro sin ningún rastro de diversión en mi rostro.

—¿Por qué yo?

—Porque eres la única de las dos que no lo ve como un superior.

—No será bien recibida si se la doy yo.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora