CAPÍTULO 56

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_____••Infamia••_____

Venus

Día y medio después. Sicilia, 3:00pm.

De todas las misiones que he podido llegar a tener, ninguna había sido tan incómoda y irritante como esta.

He tratado de verle el lado positivo, aferrándome a mi papel y lo que he aprendido durante el tiempo que hemos estado aquí, pero la presencia de Savannah no hace sino darme jaqueca; quiere resaltar siempre, exponiendo su conocimiento y masoquismo a cada nada.

«Has de cuenta que la única “sumisa” de Black eres tú», fuera fácil si ella no conociera a Anna.

Ayer volvió a estar con la italiana, no sé sobre cuál tema platican tanto, pero esa mujer no es tonta. Y el hecho de que finjo no haber sido atacada por su culpa, lo aprovecha, ignorando mi presencia e insinuando querer una plática a solas, pero no fuera de incógnito.

Anna Simone es una mujer segura de sí misma, coqueta y demasiado atrevida como para aceptar ser ignorada. Siempre quiere resaltar, asegurando que puede ser sumisa de solo el que ella desea, no de quien la quiera.

Hasta este punto no he sabido si se acostó con Black o con Judas, todavía no lo ha recalcado. Es extraño porque según lo que aparenta ser, es muy arrogante y para nada discreta.

Me remuevo en el asiento, queriendo quitarme este body de cuero. Ya me tiene harta, acalorada e irritada en el trasero. Debo respirar, e innumerables de veces, morderme el interior de la mejilla bajo la curiosa miradas de Judas, quien por supuesto, vino a disfrutar del último día del evento, y no se ha levantado del área en donde estamos.

«Él nos está dando la atención que Black le presta a solo a Anna» riñe San.

«Estamos trabajando. Debe tenerla bajo el radar y detectar algo que nos sirva» Per lo defiende como la fanática que es.

«Hasta Savannah tiene su atención» sigue.

«Deja de quejarte. En otra ocasión lo tendremos solo para nosotras. Entre tanto, debe asegurarse de que todo salga como se planeó»

«Siempre tienes justificación para todo»

«Hablo con lógica, querida. Daddy no puede hacer una escena de celos. No delante de esa mujer o el Italiano. Se supone que eres una sumisa, no Venus»

«En mi lista ya Judas está un puesto más arriba»

«Somos dos contra una. ¿Capichi?»

«Eso es complot» gruñe.

«Llora pues»

Vamos a calmarnos. Dadas las circunstancias, no deberíamos molestarnos con él. Empero, si acepto que me he sentido algo de lado cuando de hablar con la mujer esa se trata. Igual, no me gustaría enviar todo el sacrificio al caño, ya hemos descubierto cosas importantes y entre esas, algunas nos servirán para encargos de los cuales ya se nos ha informado un poco.

—Nunca he tenido una japonesa —le confiesa Águila a Anna— Pero sería interesante. ¿Son dóciles?

—Las mías están bien adiestradas. Dime lo que buscas y la traeré para ti.

—Desde que estoy aquí sentado no hacen sino hablar de mujeres —murmura Judas, empinándose el vaso para darle un pequeño sorbo y relamerse los labios.

—Nadie te está obligando a quedarte aquí —le dice ella en un tono coqueto.

—A decir verdad...—me brinda una fugaz mirada—  Si sigo aquí es por Grecia. Estoy pensando pedirle a Black que me la prestase para una “sesión”.

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