CAPÍTULO 39

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________••Conteo••_______

Herodes

Haber desenmascarado a Megan no solo me dejó sin un dolor de cabeza menos, sino que también a su padre pendiendo de un hilo por culpa del escándalo; su candidatura se ha visto muy afectada y bajó en las encuestas hasta el cuarto puesto de donde no dejaba el número uno.

Esto no me tiene feliz, estoy a nada de arrancarle la cabeza y enviársela a su hija tal como lo hice con la de su difunta y calumniadora madre. Me hubiera gustado matarla con mis propias manos, pero lastimosamente tenía cosas de las cuales ocuparme.

—Mi equipo de campaña está utilizando nuevos métodos...—prosigue, contándome.

Mi mirada lo tiene pálido desde que tomé asiento y me sirvieron coñac.

—Subiremos de nuevo al primer lugar —me asegura— Los medios se enfocarán en la candidatura y dejarán por un momento de lado lo que pasó...

Como si eso fuese a pasar de la noche a la mañana. Ni siquiera a transcurrido un mes y parece que ayer se supo lo del engaño.

—Nada me va a hacer desistir del puesto. Mi hija está mal con la muerte de su madre y lo que pasó con su hermana, me necesita, pero sabré ocuparme de ambas responsabilidades...

Cierra la boca de inmediato cuando levanto la mano y cierro los ojos, respirando hondo «Tengo unas perturbadoras ganas de sacarle la lengua y despellejarlo para que Dimitri coma una vez más la carne de un ministro importante».

—No me interesa en lo más mínimo que quieras sacar a tu hija de la miseria —sentencio— Te quiero centrado o te cortaré el cuello así me quede sin un candidato.

—Señor, no estoy afirmando algo que lo vaya a dejar en desventaja —alega rápidamente—. Para mi también es importante esto y...

—Pues, no parece. Te quiero centrado al 100% ¿O pierdo mi tiempo escuchándote?

Balbucea sin poder formular palabras entendibles.

—Mejor cierra la boca y escucha lo que te diré, no pienso volver a repetirlo —muevo los hombros—. Los problemas que Megan tenga desde ahora, no te competen, estás fuera de la amenaza, pero si piensas o intentas ayudarla en lo más mínimo, me encargaré de matar a Astrid y a tu hijo. Sin dejar de lado a la drogadicta de Tracy.

Pasa saliva y ni siquiera portando el patético traje de ministro, me hace verlo como alguien importante. Para mí, todo lo que me rodea son monedas de escaso valor, plata que no se compara con todo el oro que tengo.

—A ti no te mataré, sabes perfectamente cuál sería tu destino —le recuerdo— Dejaré en tus manos que decidas si sigues como ibas o si quieres hundirte en la mierda.

—Usted tiene la repuesta, Alpha.

—Eso quiero creer. Pero no te niego que en este momento quisiera sacarte de aquí y torturarte para demostrarle a tu hija que no engañó a cualquiera. Sabe como son las reglas y aún así, se dejó engatuzar por Jayden.

—No la voy a justificar. Estoy dolido y decepcionado de ella, no creí que...

—Saldría siendo igual que tú —señalo—; Dicen amar incondicionalmente y engañan no con cualquiera, sino con alguien cercano que se ríe cada que consigue lo que quiere, así como lo hicieron Jayden y Astrid.

—Señor...

—Nunca he sido fiel y cuando le pedí que se casara conmigo, dejé de lado los coños ajenos y me centré en lo nuestro, pero ¿para qué? No me fue sincera y para colmo, siguió de mentirosa aún cuando estábamos a nada de casarnos ¿No merece morir empalada?

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