CAPÍTULO 47

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_______••Juego Salvaje••_____

Judas

Egipto, Martes 07 de Julio, 2:50 PM.

Un cartel Siciliano tiene al CEICC pisándoles los talones, eso es algo que me disgusta. Desde que corté los negocios con Ashton, quiere joderme, buscando evidencia más que contundente y fiable.

No siempre los planes salen como esperamos, los trucos bajo la manga no pueden faltar, uno de los míos se casó con mi tía para unificar los lazos «Tal como se esperaba desde hace dos años». Quien iba a pensar que la cincuentona Alessia Rinaldi, la más estricta y quisquillosa de la familia, se casaría después de tanto, ¿Por amor? Claro que no, pero si por las propiedades y la mina de Australia en donde saco el elemento para ser procesado.

Debo asegurar las tierras en donde tengo lo mío y no hay mejor idea que ser cercano a la máxima autoridad; Riley Walker, mi nuevo tío y hombre que pasó de ser justo a corrupto «Gracias al amor» Él me proporciona seguridad de que nadie tocará mis límites y yo le doy la palabra de que ningún delincuente buscará meterse en el gobierno, es más a mi favor que para él.

Cargo la ametralladora antes de posicionarme detrás de una de las columnas de la pirámide. El calor me está haciendo impacientar y pasarme el dorso de la mano por la frente a cada nada.

Debería estar en Venecia y no aquí molesto, irritado y con un genio que no a mejorado desde el cumpleaños de mi hija cuando a su mamá se le ocurrió la grandiosa idea de embriagarse, hacer el ridículo y tratar de escaparse «Estoy a nada de matarla. Pero mi hija no me lo perdonaría».

Los tiempos calmados ya se están acabando y cuando desatan mi ira, no me gusta que hagan por mí lo que yo quiero hacer, nadie me jode y me deja esperando.

La calma es uno de mis fuertes, pero no la mayoría del tiempo, menos cuando la negligencia es excesiva e innegable. Si yo digo que me traigan la cabeza del presidente de mi país, así lo tienen que hacer, mi palabra pesa y el que no la cumpla está firmando su sentencia de muerte.

Uno de los pecados más grandes es hacerme molestar o acabar con mi raciocinio.

Todos toman sus posiciones, soy el primero en comenzar, disparando, bajando a los hombres que custodian la entrada. En todo los años que llevo de líder, he aprendido mucho y mi puntería no se pone en duda, menos cuando quiero acabar con alguien.

Me acerco sin dejar de disparar, mis hombres me cubren, encargándose de los que yacen en puntos claves y arremeto con todo lo que se me atraviesa. Cuando el arma de se queda sin balas, del cinturón del muslo, saco otra de las que le compro al Alpha, es de sus diseños,  se llama Glow, es parecida a una Glock pero con mejorías y mejor, así como todas sus creaciones tienen nombres únicos.

Una vez ya despejado el camino, no es necesario que yo siga disparando, avanzo, sacando un pañuelo con el que me seco la gente.

Nigel va a la cabeza, inspeccionando el perímetro, vigilando que no salgan con sorpresitas en mi contra. Al despejar la entrada, bajo las escaleras que dan al cuarto subterráneo que alberga cajas y mesas llenas de diamantes, joyas y droga. La claustrofobia se hace presente, pero lidio con ella, respirando hondo, olvidando el pasado y lo mucho que odio los espacios cerrados, asfixiantes, limitantes.

Mi cabeza quiere cerrarse en los recuerdo... Cuarto, calor, oscuridad, ratas, humedad agonizante. Sacudo la cabeza, saliendo de mis pensamientos cuando en el gran espacio, todos siguen apuntando y ocupo la silla que me ofrecen, descansando de tan largo y caluroso trayecto.

El olor a tierra no se hace esperar, el calor es sofocante. Los cimientos son enormes, en las paredes hay una gran cantidad de jeroglíficos egipcios, dibujos, letras en idiomas de hace décadas y también muchos escombros.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora