CAPÍTULO 81/1

119K 8.1K 28K
                                    

••Unión letal: Parte I••

Venus

Domingo, 11 de enero del 2025.

Si pudiera pasar todo el día sentada en sus piernas y comiéndome la boca de mi novio, lo haría y más ahora que tendremos que mantener distancia durante varias horas.

—Explícame de nuevo por qué tendremos que mantener distancia —beso las comisuras de su boca— ¿Uh? ¿Ni siquiera podemos hacernos video llamadas?

—Eso dictan las reglas, preciosa —acaricia mis piernas.

—¿Desde cuando cumplimos esas tontas reglas?

—Solo serán unas horas. Confía en mí.

—¿Podemos testearnos?

—Todas las veces que quieras. Querré saber qué estás haciendo.

—Eso te lo informan mis escoltas sin que yo se los ordene.

—Me gusta más cuando tú lo haces.

—¿Qué harás cuando no estés conmigo?

—Seguir el protocolo. Todo debe salir más que bien.

—Así será. No quiero contratiempos. Todavía me sigo preguntando en dónde será la boda. ¿A dónde vamos?

—Lo sabrás cuando lleguemos, aunque, ese será el punto de partida —despunta mi brasier.

—Ya no podemos hacerlo —detengo sus intenciones— El piloto dijo que pronto aterrizaremos.

—Aprovechemos el tiempo. Será rápido.

—Herodes —regaño— Mejor cuéntame algo. Creo que estoy nerviosa.

Es confesión lo sorprende porque he sido muy neutral con el tema de la boda y preparativos. Él no sabe que la emoción me quiere hacer explotar.

—¿Nerviosa por qué? —curiosea para molestarme.

—Porque me voy a casar con el hombre más frío y odioso del planeta, ¿tú qué crees?

—Odioso y frío con los demás. ¿Te soy indiferente? —tira de mi cabello.

—No.

—Nunca lo seré. Ya falta poco para hacer eso que tanto he esperado. Sino fuera porque mereces una boda impresionante, en este momento nos estaríamos casando en secreto y yéndonos lejos a celebrar —ladea la cabeza, tentando a besarme— Tendrás lo que merece mi novia.

—Eres tan arrogante —exclamo fascinada— No me sorprendería que la boda sea en la luna.

—En eso de sorprender soy muy bueno. Dime una sola cosa que no te haya gustado desde que te secuestré para pedirte que fueras mi novia.

—Me ha gustado todo.

Roza nuestras narices.

—Es bueno saberlo.

Vuelvo a besarlo. Hemos estado así de juntos desde que dejamos Montreal.

El piloto avisa que ya estamos por aterrizar. Por fin salgo del sofá para colocarle la correa a Dimitri. Minutos después bajamos del jet, varias camionetas están esperando por nosotros. Yo debo abordar una diferente, por lo que me acerco a abrazar al Alpha, dándole un casto beso.

—Te escribiré cuando extrañe tu humildad —bromeo.

—Y yo cuando extrañe tus pataletas.

Abordo la camioneta y veo por la ventana como le dice algo a Dan para después ver hacia acá, como si sintiera mi mirada sobre él.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora