CAPÍTULO 85

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••Doble filo••

Venus

Cuatro días después.

El cuerpo de Yasmín no deja de saltar al ver la camioneta Mercedes que se acerca; tiene un gran moño rosado en el capó y en el vidrio delantero unas letras que dicen: Para mi terca favorita.

—Se va a infartar —me susurra Kassia preocupada.

—Ya lo creo.

El vehículo se detiene y Kilian baja de él. Todos servimos de intermediarios ya que estamos aquí desde hace dos horas planificando lo que me ayudarán a hacer el Rusia.

Yasmín sale disparada y de un salto abraza a su hombre. Él la carga con facilidad, correspondiendo al beso.

Llevaba una semana preguntándome si era buena idea comprarla. Le dije que sí, si es lo que deseaba regalarle. No se negó y me pidió que le ayudara a distraer a mi mejor amiga. Nunca se le escapa nada y varias veces lo notó extraño.

—¡Lo que tanto quería! —le llena la cara de besos.

—Que lindo es el amor —comenta Flavio con desosiego.

Ha discutido de nuevo con Kassia. Lo hacen con mucha frecuencia.

—¿A qué hora regresa Enola y Fátima? —cambio de tema.

—Ya vienen de regreso.

Fátima tuvo que ir a resolver un asunto en su restaurante y Enola a cerrar contrato con la compra de un apartamento. Se va a mudar del edificio en donde todos vivíamos. Quiere soledad y privacidad.

Un Ford Mustang deportivo rojo viene a toda velocidad pese a que no se puede conducir así en este condominio. Sus llantas derrapan en el suelo antes de estacionarse.

—No supera esa adquisición —Kassia ríe con escándalo.

—Tiene muchos caballos de fuerza. Es una máquina —Flavio apoya la elección de Brett.

El dueño del auto baja y abre la puerta trasera, dejando a la vista cajas e ignorando los besos húmedos que se dan Kilian y Yasmín contra el auto. «Están hormonales»

—Traje pizzas —celebra quitándose las gafas.

Tardó dos horas en ir y volver. De seguro estaba con alguna chica. Si está aquí es porque trabaja con Kilian en algo de la organización. Conmigo viajarán las chicas y solo Flavio.

—Muero de hambre —lo ayuda el mencionado.

Él y Kassia han estado en desacuerdo casi todo el día. Parece que hoy no se toleran.

—Nosotros entraremos —le aviso a la parejita.

Yas se baja de Kilian y emocionada se sube al auto para verlo por dentro. Es de un gris claro muy bonito. Recuerdo que hace meses me comentó su deseo de comprar uno.

Los dejamos darse todo el amor que quieran.

Una sirvienta nos trae bebidas a la sala de estar en donde Marcus sigue tecleando en una laptop. También trabaja con Kilian.

Abro una caja y dejo un trozo en ambos platos que seleccioné. Sirvo jugo en vasos y voy hasta Marcus.

—Come algo —me siento a su lado en el sofá.

No me gusta tanta lejanía. Ni siquiera sé por qué la brecha ha crecido tanto. Lo considero un amigo y lo respeto. Sin embargo, él me ve como si el Alpha estuviera en frente. Ya me tachó como una figura de mando, no aceptó mi sugerencia de ser menos formal cuando estemos en 0 hora laboral.

ARMAGEDÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora