LA VERDAD

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Llegada la noche ya, en el estacionamiento del hospital del Grupo LA propiedad de Erick, las luces están tenues y el lugar solitario, el doctor James va caminando en busca de su auto, cuando de repente.
—Buenas noches doctor James. —el hombre quiso morir cuando vio a Erick recostado en su auto, miró hacia los lados y no vio a más nadie allí, por un momento pensó que los hombres de Erick estaban detrás de él pero al no ver a nadie se tranquilizó.
—Señor Erick, ¿Qué hace por aquí solo a estas horas? Puede pasarle algo.
—¿Me está amenazando doctor?
—No señor, jamás, ¿Cómo cree?
—No estoy solo doctor James. —el doctor se preocupó al escucbar ésto de Erick, acaba de mirar y no vio a nadie más allí.
—¿A qué se refiere ? —preguntó un poco angustiado.
—Digo que no estoy solo porque estoy aquí con usted. —el doctor volvió a sentir alivio al escuchar estás palabras, es como que Erick tiene como propósito jugar con sus nervios esta noche.
—Digame una cosa doctor.
—Si señor, lo que quiera.
—¿Cuántos bebés habia en la panda de mi mujer aquella noche del parto? —el hombre abrió los ojos llenos de sorpresa, se esperaba cualquier cosa menos esto en este momento?
—Señor, no entiendo su pregunta.
—Bien, seré más directo, ya sé que le hizo creer junto con mi madre a mi mujer que estaba embarazada de melliza y que por el accidente le hicieron creer que una de mis hijas murió, ¿Pero sabe qué? Hice una prueba de ADN y el bebé muerto no es mi hijo, también se que mis hijas eran tres, quiero que me diga ahora, ¿Dónde están mis hijas.
—Señor está confundido conmigo, yo... Yo jamás le he fallado.
—Si no me dices ahora dónde están mis hijas, a dónde las llevaron, te atare en una silla y sacaré tus muelas de tu boca una a una en medio de tus gritos desesperado hasta que me digas la verdad, luego de eso empezaré a cortar todo lo que me parezca que tienes demás en tu cuerpo hasta que mueras despedazado. —Erick dió unos pasos amenazantes hacia James, la irá era evidente en sus palabras aunque su cara refleja tranquilidad total, este hombre empezó a temblar, camina hacia atrás y en medio de sus nervios dejo caer sus llaves.
—Ya te dije que me lo dejes a mi cuñado, quiero llevarlo a la base militar para hacerlo confesar con el nuevo método de electricidad que tengo allí, y si no funciona, mandaré a mis hombres a llevarlo a prisión, a esa cárcel donde están los hombres más peligrosos que he capturado y que siempre están deseosos de carne frescas. —Vladimir apareció de repente detrás del doctor haciendo dar un pequeño brinco desesperado al escucharlo hablar de repente, pero más miedo le dan las ideas de las que hablan estos hombres.
—Pero que tercos son ustedes dos, les dije bien clarito que yo me haría cargo, lo llevaré conmigo, mis hombres del contrabando me pidieron un nuevo saco de boxeo, también quieren un nuevo juguete para practicar su tiro al blanco, soy un buen jefe, tengo que complacer a mis hombres. —aquí apareció Yimy agregándole más picante al momento, este hombre está en medio de los tres y no sabe que hacer, está que piensa en cualquier posibilidad menos en salir corriendo, sabe que si lo intenta morirá más rápido aunque ellos no tendrán ninguna diversión.
—Si tratas de huir solo pondrás la noche aburrida y me harás perder el tiempo. — confesó Erick.  —Estas agotando mi paciencia, debo ir a casa y llevarle buenas noticias a mi esposa, dime ya ¿Dónde están mis hijas?—Erick no está tan seguro de que sus hijas sean tres, solo se está dejando llevar por lo que le dijo su padre y por la idea de su hijo, quiere saber en realidad cuántas hijas por fin es que tiene.

La desesperación se apoderó del hombre y empezó a titubear, a temblar y a moverse inquieto, sabe que le tocará morir pero no sabe decidir en las manos de quién, Gloria también lo amenazó está mañana cuando se presentó en su consultorio, en caso de traicionarla es hombre muerto, en este momento piensa en la posiy de retroceder el tiempo justo hasta el día en el que pensó meterse un tiro en la cabeza sentado en su escritorio en su consultorio ese día después de hacer este trabajo sucio que Gloria le mando hacer, o mejor aún, para decidir no trabajar para esta malvada mujer.

Mientras el doctor pensaba en medio de su frustración, un fuerte golpe aterrizó en su cara, era Erick que con los puños encendidos se lanzó sobre él, el golpe lo hizo reaccionar y antes de decir una palabra dos puñetazos más se interpusieron ante su vista haciéndolo sangrar con dolor.
—Señor Erick, por favor. —pero sus palabras no fueron escuchadas, Erick de alguna manera tenía que sacar información, y créanme que no andaba con el plan de hacer las pases con este hombre, sus puños le pedían sangre y su irá le pedía a gritos golpearlo hasta no dejar nada de él.
—Señor, perdóneme, señor. —esto solo alteró más a Erick, no está teniendo lo que quiere y encima le pide perdón.
—¿Quiere morir? —Erick grito con los dientes apretados dándole una fuerte patada en las rodillas haciéndolo caer al piso, allí lo levanto tomándolo por la camisa, unos cuantos puños más fueron lanzados cómo flores en su cara empapando su cara de sangre, luego lo lanzó en el sueño y le dió unas repetidas patadas.
—Habla infeliz.
—Fue la señora Gloria, ella fue quien me ordenó hacer eso señor.
—Podias decir que no, ¿No crees?
—Me amenazó, me dijo que me mataría y que también terminaría con la vida de mi hija, era una niña señor en ese tiempo.
—¿Entonces para salvar la vida de tu hija jodiste a mi mujer y a mis hijas? Eres un infeliz, disfrutaré cada momento de tu muerte. —más golpes fueron agragados encima de él interrumpiendo sus palabras.
—Es la verdad señor, es la verdad, lo juro por mi vida.
—Tu vida no vale nada, no me supliques, dime ¿Dónde están mis hijas, a dónde las llevaron?
—No lo sé señor, ella nunca me dijo, solo se las llevaron, la enfermera, la enfermera que estaba allí, se cambió el nombre a Ana, ella se las llevo, pero no sé a dónde ni que hizo con ellas, la señora Gloria dijo que tenía el lugar perfecto para cada una, no sé más nada señor, nunca más la volví a ver, la señora Gloria vino está mañana y me amenazó con matarme si decía una palabra, señor por favor, no deje que la señora Gloria me mate, cuide mí vida señor. —cada palabra de este hombre alteraba más la furia que había en Erick, después de que Erick lo golpeó tantas veces hasta sacarle las palabras de la verdad, golpes en toda su cara, patadas por su cuerpo después de estar lanzado en el suelo como una basura, Vladimir y Yimy alejaron a Erick de él, primero lo dejaron desahogar su irá, ahora lo alejan par que no lo mate antes de hacerlo sufrir dándole su merecido, los hombres de Vladimir se a ercaron al hombre y lo levantaron para llevárselo a puro empujones, Erick quería volver sobre él pero sus migos se lo llevaron dándole la promesa de que lo harán pagar por lo que ha hecho, por fin ya Erick confirmó cuántas hijas tiene, dónde están es cuestión de averiguarlo, Yimy y Vladimir sacaron a Erick de allí, sin sus amigos de toda la vida, saben más que nadie como calmar su irá.

°•TRES SEPARADAS AL NACER•°    Donde viven las historias. Descúbrelo ahora