Me sentía extraña, mi vida había cambiado en cuestión de segundos, yo pensaba que llegaría a casa después de un día de trabajo duro, cenaría con mi familia nos contaríamos como nos fue en él día, nos contaríamos los chismes lo típico, pero no...
Ni si quiera iba a dormir en mi cama sabiendo que al día siguiente al levantarme volvería a ver la sonrisa de mi madre dándome sus buenos días a su manera como mi demás familia, todo eso había cambiado y no volvería a disfrutar de esos pequeños detalles que para mí sí que eran importantes.
Me asusto cuando escucho como dejan un vaso a mi lado, la psicóloga se disculpa cuando levanta un poco su mano.
-Tomate este te querida te relajara un poco hoy tuviste un día duro, la terapía empezara mañana - me muestra una sonrisa amable.
Había intentado hacer su trabajo diciéndome lo típico que esto está muy reciente pero que llegara un momento en que lo superare, bla, bla.
Le dije que me dolía la cabeza demasiado que me dejara descansar y mañana empezara con su trabajo.
No la culpo por lo que me paso, pero esto está siendo muy difícil.
La hago caso y comienzo a tomarme él té levantándome con la taza en mano haciendo a un lado la cortina mirando por la ventana viendo la calle.
-Antonella - me llama la psicóloga. -No te recomiendo que hagas eso, aunque estén afuera haciendo guardia los que hicieron eso a tu familia podrían estar alrededor y son capaces de todo tanto que podrías llevarte un tiro - rápido aparto mi mano de la cortina dejando de ver por la ventana cuando la escucho.
Un gran escalofrió pasa por todo mi cuerpo cuando recuerdo la escena sangrienta en mi casa, parecerá que estoy loca, pero hasta en mi cabeza me imagino los gritos de lamento y dolor de mi familia como si yo hubiera estado allí antes de que los mataran.
¿Sintieron miedo?
¿Pensaron en mí en sus últimos momentos?
Son preguntas que nunca podre tener una respuesta, se lo llevaron a la tumba porque solo ellos me podrían responder a esas preguntas y a las demás que tenía en mi cabeza.
Estaba confundida.
No entendía porque a mí familia, no sé si lo hicieron por diversión para ellos por placer a matar o por algo más.
Me siento en él respaldo del sofá bebiendo mirando a un punto y a la vez en nada.
Pasa un rato cuando me había terminado el té o la tila como lo quieran llamar.
-Tienes ropa en tu cuarto, ven te diré cual es - la miro dejando la taza encima de la mesa de cristal para después seguirla.
La casa no es que fuera grande, no había pasado ni veinticuatro horas y ya echaba de menos mi casa, mi familia...
-Aquí tienes algo de ropa si te queda algo grande me lo dices, ponte cómoda y sobre todo descansa te espera días duros - no la contesto solo observo la habitación mientras ella se va dejándome sola.
Mis ojos de nuevo se humedecen y de nuevo comienzo a llorar llevando ambas manos a mi cara negando con mi cabeza.
No creo poder superar esto, se me viene él mundo encima o por lo menos yo lo siento así.
Me siento en la cama llorando por un buen rato, hasta que me digo a mí misma que es suficiente.
Me levanto caminando al armario buscando un pijama, lo mejor era dormir si podía pegar ojo claro.
La verdad que me costaba muchísimo hasta desnudarme, me quito la ropa quedando en ropa interior hasta que doy la espalda a la ventana que no tenía cortina quitándome él sujetador dejándome mi parte de abajo puesta.
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Peligrosa Atracción
ActionUna chica que termina perdiendo a toda su familia en un brutal asesinato