Capítulo 89

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Levanto mas de cinco papeles arrugándolos no viendo aun la carpeta de Antonella, suelto un gruñido mirando en la dirección de la puerta pendiente por si escuchaba el mínimo ruido o voz alejarme.

Me agacho dando con que los cajones de la mesa estaban sin la llave, planto una rodilla en el suelo rebuscando en el cajón ultimo viendo que tenia un montón de cosas menos la carpeta.

Abro otro cajón y otro sin dar aun con ello hasta que abro el primero de todos levantando algunas carpetas y...

¡Bingo!

Saco la carpeta de Antonella viendo que había una etiqueta con su letra el que ponía.

"Expedientes presos"

Miro de nuevo hacia la puerta cuando se escuchan algunas voces y entonces reconozco la de Pablo cerca de la puerta.

Me alejo rápido de su mesa levantando mi camiseta por detrás de mi espalda guardando la carpeta cuando me pego de nuevo a la camilla sentándome y la puerta se abre apareciendo de nuevo Pablo.

-Ya estoy aquí - me sonríe acercándose a mi dejando a un lado el alcohol. - Termino de ponerte los puntos te desinfecto las demás heridas y te dejare ir - asiento con mi cabeza haciendo como si no hubiera estado revolcando entre sus cosas segundos antes.


Le dejo que termine de ponerme los puntos y luego las heridas cuando coge un poco de algodón.

El escozor no era nada comparado con el dolor de espalda que tenia desde ayer pero claramente eso no se lo diré ya que tenia guardada detrás de mi espalda la carpeta.

-¿Te duele algo mas? Me dijeron que la pelea estuvo bastante dura... - me suelta.

-Estoy bien - le quito importancia.

-Entonces hemos acabado por hoy Ashton - me tiende su mano.

La observo por unos segundos antes de aceptarla apretando su agarre fuerte y parece notarlo pero no me dice nada cuando me muestra otra sonrisa.

Dejo que vaya delante de mi cuando me acompaña hasta la puerta diciéndole al funcionario que cuando me dejara en mi celda fuera a por otro preso diciéndole nombre y apellidos y el numero de celda.

-Tengo terapia hoy - le digo cuando me pone las esposas empujándome.

El frunce su ceño observándome sin creerme.

Coge su walkie talkie encendiéndolo para enterarse si eso era cierto poniéndose en contacto con el que estaba siempre en la puerta de Antonella.

Escucho la voz del otro por el walkie talkie cuando le contesta diciéndole que se esperara un momento que iba a preguntar lo mas seguro que ha Antonella.

Esperaba que no dijera Antonella que hoy no tenia terapia con ella, porque entonces me dejaría mal delante del guardia solo por evitar la conversación que teníamos pendientes.

Solo pasan unos segundos tensos cuando de nuevo se vuelve a escuchar la voz del guardia del otro lado informándole con que si tenia terapia.

Suelto un suspiro para después sonreír al funcionario cuando guarda su walkie talkie mirándome de nuevo.

-¿Lo ves? Que pocos os fiais de nosotros... - bromeo escuchando un gruñido de su parte.

Me vuelve a empujar abriendo la siguiente puerta dirigiéndonos donde Antonella, no tardamos ni cinco minutos en llegar.

-Aquí te lo dejo, no te fíes mucho de el - saca sus llaves quitándome las esposas volviéndome a empujar.

Le miro mal cuando se marcha sin mirar atrás.

-Ashton... - me saluda el guardia cuando abro la puerta entrando dentro sin llamar.

Ya me conocía bien para saber que no seria tan tonto de hacer algo al menos que sirviera para otra cosa importante.

Cuando cierro la puerta me acerco rápidamente a su mesa.

-Puedo explicártelo - me apresuro a decirla.

-¿Explicarme que Ashton? ¿Qué ayer terminaste con la vida de un preso? Porque esta claro que le mataste, ¿No? - alza su ceja mirándome seria, me quedo callado por unos segundos. - Ya... así que no estoy equivocada le mataste... - me mira cabreada.

-No era un angelito precisamente... - me defiendo. - Ese que viste ayer que era un bicharraco abusaba de su hija y al saber que mas cosas hizo cuando estaba libre - veo como el brillo en sus ojos cambia como su mirada al echarme.

-¿Sabes los años que te podrían caer mas por matar de esa manera a una persona? - mueve su brazo en mi dirección.

-Joder lo se Antonella, créeme que lo se perfectamente pero el penal permite este tipo de cosas y yo no tenia otra salida - la suelto de golpe molesto conmigo mismo.

Por lo menos me miraba a la cara, aunque estuviera cabreada conmigo...

-¿Ahora te vas a buscar una escusa para que no este cabreada contigo? Pensé que habías cambiado Ashton - rápido rodeo su mesa acabando enfrente suya.

-Cambie - le digo seguro. - Esta mierda de sitio hace cambiar hasta al mas loco, las cosas no son como parecen - niega con su cabeza, suelto un suspiro. - Tienes que escucharme Antonella puedo explicártelo - vuelve a negar con su cabeza.

-Es que soy una completa estúpida, no tendría ni que estar escuchándote, pero tonta de mi siempre me empeño en volver a ti - intenta alejarse de mi pero yo la detengo cuando atrapo su rostro con ambas manos.

-Mírame a los ojos y dime si te estoy mintiendo... - le susurro. - Si te mintiera no te estaría mirando fijamente Antonella, vamos... tu misma en este poco tiempo has visto un Ashton diferente no me vuelvas a alejar de ti de nuevo... porque no podría aguantarlo de nuevo... - observo sus ojos azules que miran los míos fijamente escaneándome. - Esta vez yo no soy el malo del cuento - me molestaba la dichosa carpeta pero aun no pesaba sacarla hasta no solucionar esto con ella. - Esta vez yo no soy el malo del cuento... te lo prometo que de verdad quiero que las cosas cambien a mejor... - la vuelvo a decir pasando la punta de mi lengua por mi labio inferior bajando mi mirada hasta sus labios.

-¿En que lio estas metido ahora Ashton? - suelto una respiración de alivio cuando la escucho y por su mirada que me da se entonces que me creyó.

-Mejor dicho en que lio no estoy metido... - le suelto sincero apartándome de ella hasta arrastrar mi silla acercándome de nuevo a ella sentándome y entonces saco su carpeta viendo como su rostro cambia a una de absoluta sorpresa. - Tenemos que hablar Antonella... - la vuelvo a mirar pero esta vez serio.

No quería que sufriera mas por eso había estado evitando este tema, pero era hora de poner las cartas sobre la mesa...

-¿Esa es mi carpeta? - me dice aun sorprendida sentándose en su silla cogiendo la carpeta abriéndola teniendo todo los datos.

-Como yo pensaba la tenia Pablo en su clínica - me mira con sus ojos abiertos de sobremanera. - No quiero ni pensar como la consiguió, si fue capaz de hacerte eso en el cuello - la señalo. - Es capaz de cualquier cosa - le digo sincero.

-¿Tu crees que abra descubierto quien eres en realidad? - me pregunta.

-No - le contesto al instante. - Por lo menos por ahora, estuve con el y si sospechara de mi me hubiera tirado indirectas o se hubiera comportado conmigo de otra forma - suelta una respiración lenta.

-Gracias - niego con mi cabeza.

-No me la des, te dije que te la conseguiría - suelto una respiración rápida. - Nena... - apoyo mi codo en la mesa llevando mi mano a mi barbilla mirándola fijamente. - No se por donde empezar... - comienzo a decirla. - Pero tengo que contarte algo que te hará daño y de nuevo tu cabeza se hará mil preguntas... - ella frunce su ceño.

-¿A que te refieres? Aun me tienes que explicar lo de la pelea no te creas... - no la dejo terminar cuando me lanzo chocando mis labios con los suyos.

Poso mi mano en nuca pegándola mas contra mi profundizando el beso hasta que me separo teniendo ambos nuestras respiraciones aceleradas.

-Eso puede esperar créeme... además para que me entiendas antes tengo que contarte otra cosa - observo sus ojos. - Joder, créeme que esto es difícil para mi prefiero follarte antes que hablar de esto pero no puedo ocultártelo mas - me mira confundida.

-Me estas asustando... - me suelta sincera y lo puedo ver en sus ojos que así es.


- Es sobre tu padre Antonella... - se echa un poco hacia atrás separándose de mi mano que aun seguía en su nuca.

-¿Mi padre? ¿Qué pasa con el? - suelto una risa de lado por supuesto sin ganas negando con mi cabeza.

-Que no pasa con el Antonella... Tu padre lleva jodiendome todos estos años que llevo en la cárcel con sus negocios mientras el sigue protegiendo su propia espalda sin importarle a quien se lleva por delante... - no quería sonar duro con ella y menos hacerla daño.

Pero llevaba tantos años aguantando los chanchullos de su padre y del director que no podía evitar que mis palabras salieran con veneno.

Pone una cara extraña cuando me escucha.

-Ayer el estuvo en mi casa e intento que convencerme que no eras de fiar... - esas palabras no me sorprendían.

-Se que cometí un grave error aceptar trabajar con tu padre y unirme a su grupo... pero solo acepte porque sabia que decía que no me mataría y también hubiera echo lo mismo con mi hermano, porque eso es lo que hace tu padre Antonella mata a los que no se ponen a su favor...

Peligrosa Atracción Donde viven las historias. Descúbrelo ahora