Una sonrisa aparece en mis labios cuando él me sonríe, la verdad que pensé que podría estar muerto, porque siempre en la cárcel había competencias y enfrentamientos, pero en parte me alegraba que siguiera vivo para poder usar a mi favor las llamadas porque no había nadie más que moviera móviles ilegales por la cárcel.
-Bajen las armas, chicos no os lo vuelvo a repetir - los vuelve a decir, pero esta vez más serio, si... había algunos que no se fiaban y en parte tenía que ser así. - Es increíble Ashton aun no me creo que estes aquí de vuelta - vuelve a sonreírme observándome levantándose de su asiento.
Era él típico hombre de sobrepeso que estaba en la cárcel, pero de los que tenían un fuerte carácter y te pegaba una ostia que te mandaba para china, era de armas de tomar había que admitirlo.
-Aquí me tienes de nuevo - me rio. - De vuelta a este vertedero - se acerca abrazándome dándome tres toques en la espalda, me guardo mi dolor apenas hoy recibí la paliza tendría que pasar un tiempo hasta que todos los moratones se me fueran.
-¿Qué te trajo aquí de vuelta? - me pregunta cuando se separa.
-Un asesinato entre otras cosas - le quito importancia.
-Sigues siendo de los míos Ashton - vuelve a golpear mi espalda con su mano. - ¿Qué deseas? - me sonríe de nuevo. - Todo lo que está aquí mío es tuyo - era él momento perfecto para conseguir las tarjetas.
Saco él dinero mostrándole él billete.
-¿Cuántas tarjetas me puedes dar con este dinero? - alzo mi ceja observándole.
Había estado un tiempo fuera, podría cambiado su forma de venderlas al igual que los precios.
-Para ti tres - me señala sin quitar esa sonrisa de su cara. - Con eso te llega para dos, pero te daré tres - niego con mi cabeza.
-No es necesario más adelante te comprare más no quiero dejar a deber - le digo serio.
-¿Qué deber Ashton? Vamos... - vuelve a darme en la espalda. - Es un regalo por tu bienvenida - me observa.
-Esos hijos de puta son unos putos maricones que no saben pegar - todos se ríen de lo que digo, había que seguirlos él juego las cosas eran así.
-Ya te desahogaras en las peleas - me recuerda.
-Paso de eso por ahora - cuando estuve anteriormente pagaba bien a los funcionaros para que nos dejaran celebrar peleas ilegales, pero dentro de la cárcel en él que se podía usar todo tipo de armas menos pistolas, así que eso era más bien sobrevivir porque si no te mataban en esas peleas.
En esas peleas me ganaba bastante pasta que apostaban otros pesos, pero eso era antes quería centrarme en investigar más sobre mi hermano, tenía que llegar hasta la verdad costara lo que me costara.
-Sabes que participaras, eras uno de los mejores - le sonrió chocando mi mano con la suya cuando la extiende.
-Toma tu dinero - le doy él billete.
Chasquea sus dedos hacía uno de los suyos que se acerca con tres tarjetas dándoselas.
Cuando me las va a dar a mí la aparta mirándome.
-Lo único que ha cambiado es que tienes que pasarlas por un sensor él teléfono está en mi salón lo hago así por seguridad - me advierte.
-Todo controlado sabes que conmigo no tienes ningún problema - le digo seguro.
-Todo tuyo - me las da dejándome paso.
Sus chicos también me dejan paso adentrándome más en la celda hasta llegar donde estaban los teléfonos.
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Peligrosa Atracción
ActionUna chica que termina perdiendo a toda su familia en un brutal asesinato