Capítulo 44

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Me podría imaginar él motivo, ya que casi siempre era así y por eso la típica frase de... la cárcel está lleno de inocentes.

Al ver mi mirada me lo confirma.

-Maltrataba a mi madre, la pegaba todos los días unas grandes palizas cada vez eran peores hasta tal punto de romperla un brazo así que un día que llegue a casa hasta los huevos de estar en la calle la lie porque me lo encontré pegándola cogí él cuchillo de cocina y le apuñale por la espalda más de cinco veces luego las demás fueron en su pecho, en él puto corazón... por hijo de puta - se sienta en él colchón de la litera de abajo. - Nunca me declaré inocente ya que había suficientes pruebas que me culpaban a mi así que en él juicio dije que era culpable sé que mi madre se quedó completamente rota, pero prefiero pasar un buen tiempo en la cárcel a que ella este aun recibiendo las palizas de ese borracho - da otra calada a su cigarro.

-Hubiera hecho lo mismo - le digo sincero. - Yo nací en la cárcel así que se un montón de casos como los tuyos - me mira sorprendido.

-Joder tío tu vida no ha sido nada fácil - niego con mi cabeza.

-¿Quién es nuestro otro compañero? - le pregunto justo cuando la cortina vieja se abre entrando otro preso.

-Él - me contesta señalándolo.

Levanto mi cabeza deteniéndome en mi segundo compañero.

-¿Ashton? - me levanto rápido. - ¡Joder tío! ¡Ven aquí! - da dos pasos grandes abrazándome fuerte dándome dos toques en la espalda en él cual suelto un pequeño quejido de dolor.

Cuando se separa le vuelvo a observar sonriéndole.

-Marck - extiendo mi mano la cual él acepta con la suya. - Cuanto tiempo... - era un viejo compañero de cárcel que llevaba muchos años metido en la cárcel era quince años más mayor que yo, pero era un buen amigo con él cual pasabas una buena estancia dentro de esta mierda de sitio.

-¿Se puede saber qué haces aquí? - se separa para poder echarme una buena ojeada. - Y por lo que se ve... entraste hoy - observa mis heridas.

-Estoy aquí de nuevo... - termino él cigarro dándome media vuelta para tirarlo por la ventana que tenía rejas. - Solo llevo un pequeño rato - no deja de observarme.

-La última vez me prometiste que no volverías cabrón - nos reímos.

-Puedo cumplir otras cosas menos eso - le sonrió.

-¿Qué hiciste? - alza su ceja.

-Lo mismo de siempre meterme en líos y proteger la espalda a mi hermano pequeño - hace una mueca.

-Así que estás pagando él asesinato que cometió tu hermano, ese asesinato salió en la televisión y en todas las noticias - asiento con mi cabeza.

-Ese entre otras cosas más - le confirmo.

-¿Se conocen? - nos pregunta.

-Por supuesto - sonríe Marck acercándose pasando su brazo por mis hombros. - Este que ves aquí es un tremendo cabrón - me rio cuando le escucho. - Éramos compañeros de celda hace dos años y por lo que se ve lo volvemos a ser - me mira. - Por lo menos dime que has aprovechado él tiempo que estuviste afuera follando a todo lo que se movía - suelto otra carcajada más grande.

-Por supuesto que sí a unas cuantas - me sonríe.

-Te veo diferente, ¿hay alguna que ha llegado a ese corazón atrapado dentro de ese caparazón? - al instante en mi cabeza aparece Antonella.

Niego con mi cabeza.

-No, sabes como soy Marck, sabía que tarde o temprano volvería aquí así que solo me dedique a disfrutar cada día con diferentes tías - asiente con su cabeza apretando mi hombro.

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