John ha pasado todo el fin de semana haciéndole compañía a Charlotte. No quiere que se sienta sola, ni mucho menos. También ha hablado un largo rato con sus hermanos y en general con su familia. Ya se está adaptando al sitio y le va relativamente a pesar de no poder dormir demasiado.
—Entonces no te sientes sola, ¿verdad?— Pregunta Louis por teléfono.
—No, John está haciéndome compañía. ¿Todo va bien por allí?
—Yo me siento bien. Un poco cansado tal vez y Phillipe lo mismo, ahora está dormido. Eso me ha dicho mamá. Mañana por la mañana sabremos si lo está aceptando bien.
—¿Cuando vuelves?
—Lunes por la tarde estaré allí. No me dan el alta mañana por ser fin de semana y dicen que aún tengo la tensión algo alta.
—Sí, mamá me ha llamado antes— afirma la muchacha
—¿Qué te ha dicho?
—Que no hagas el burro cuando vuelvas. Tan sincera como siempre— bromea la joven. —Me han dicho que lleves cuidado.
—Veo que te han actualizado de todo, chiquitina. Tengo que seguir preparando las clases del martes y cuando llegue el lunes tengo una pila de cosas en la mesa que corregir. Se supone que lo debo tener para el martes... Te dejo, ya hablamos en otro momento.
—Está bien, besitos.
—Besos.
Charlotte cuelga el teléfono y sigue apoyada en la ventana.
—Por lo que escucho, todo está bien— murmura John aún acariciando al unicornio de peluche.
—Oye, Jack...— murmura la joven mirando por la ventana. —¿Nunca te ha pasado que sientes que no encajas en un lugar?
—¿Por qué lo dices? ¿Te sientes incómoda aquí?— Pregunta acercándose.
—No, me siento diferente. Diferente a Martha, Elizabeth... Ellas tienen nuestra edad, pero no es lo mismo.
—¿Qué es lo que te hace sentir diferente? Yo tampoco soy como ellas.
—Siempre están hablando de chicos. No me interesan.
—No tienen por qué interesarte— asegura John.
—¿Y que opinas de lo de Ludwika y su amante?— Pregunta mirando al joven que levanta los hombros.
—Supongo que cada uno hace lo que quiere. ¿Qué crees?
—Siento que es algo grave. Nunca le haría eso a mi novia— asegura la joven jugando con sus pulseras y mira de nuevo a John. —Olvida lo que he dicho.
—Ey, está bien. No pasa nada. No hay nada que olvidar.
—¿No te sorprende que estoy saliendo con una chica?— Pregunta la joven
—No debería importarme. Yo también me he enamorado de un hombre y ha sido de lo mejor que ha pasado en mi vida.
—¿Y no te da miedo que van a pensar de ti?
—A veces, pero es con algo que hay que vivir.
—De vez el cuando pienso que también me gustaría poder comentar con mis amigas mis problemas o emociones de mi relación, como lo hacen ellas, pero siento que es diferente. O peor, que me verán diferente— dice con una mirada algo cansada.
—Conmigo puedes hablar, si quieres. Supongo que te puedo entender.
—No le digas nada a las chicas— dice Charlotte.
—No lo voy a hacer si no quieres.
Charlotte se acerca a abrazar al chico. Le gusta tener un amigo así, se siente más comprendida. —¿Y tú crees que algún día te podrá gustar una chica?
—Oh, no lo sé. Supongo que es lo que surja. No tengo claro aún que pienso sobre eso— dice John riendo un poco. —Supongo que es curiosidad, como todo.
—Pues yo no tengo curiosidad en ningún hombre. Sin ofender, me dais asco— bromea la chica.
—Entonces tienes las cosas claras. Eso es bueno. Yo ahora mismo estoy hecho un lío.
—Tal vez necesitas un empujoncito para aclararte. ¿Nunca has pensado en darle una oportunidad a Martha? Ella es una buena chica, y veo que a ti también te lo parece.
—Lo he pensado pero no sé si podré superar una relación para tener otra...
—Claro que puedes. Debes ser feliz e intentar cosas. Mi hermano siempre dice que si queremos hacer algo que no digamos que lo vamos a hacer después porque tal vez te mueres mañana y no existe el después. Suena un poco cruel pero es cierto. Cuando él lo dice claramente suena mejor— bromea la joven.
—Debería intentarlo. ¿Te está yendo bien tu relación?— Pregunta con curiosidad y Charlotte niega.
—Este viernes hemos peleado un poco. No se lo he dicho a mi hermano y quería desahogarme con alguien.
—¿Por qué habéis peleado?
—Son tonterías. Mi hermano siempre tiene razón. Debería escucharle más a menudo. Ella dice que está enfadada conmigo porque no confía en lo que yo ande haciendo.
—¿No confía en ti? ¿Y tú confías en ella?
—Claro. Nunca desconfiaría de ella.
—A ver, yo de relaciones así no se mucho y tampoco soy tu hermano como para tener siempre razón, pero a mi eso me huele rancio. ¿No has pensado que puede estar con alguien más y por eso desconfía de ti? Bueno, o tal vez es demasiado celosa, en ese caso tampoco te conviene.
ESTÁS LEYENDO
175 Días | Nueva edición
Fanfiction¡Es el primer año de universidad de John Laurens! ¿A caso lo sabrá sobrellevar o tener que aprender a hacer la colada le hará regresar a casa?