51: Lunes

16 2 0
                                    

—De verdad me siento bien— asegura Louis. Ayer su hermana y John no me permitieron hacer el más mínimo esfuerzo en todo el día. Y hoy, ambos insisten en acompañarlo a cada clase que tenga. —Se me pasó rápido.

—Lo sé— dice John. No ha podido dormir en toda la noche por si Louis empeoraba. No iba a pasar, puesto le habían medicado lo suficientemente como para que sus bronquios no se cierren, pero ahora John sufre por si en las noches le falta aire a Louis.

—Chicos, por favor. Estoy bien— dice el mayor insistiendo aún más. —¿Vale, Charlotte? ¿Sí, mi amor?

—Tienes razón— dice John. —Estás bien, o al menos mejor que ayer. Te estamos atosigando— afirma el rubio siendo comprensivo. —Tómate tú tiempo y llámame si necesitas algo.

—Gracias, cariño— dice y Louis le da un beso dulce no muy intenso.

—Por cierto, me ha gustado mucho tu clase de hoy— asegura antes de marcharse junto a Charlotte. —Ya está. Necesita un momento— dice John. Regresará en una hora por si acaso. Para comprobar que sigue bien.

Charlotte termina yéndose con Martha y John pasea haciendo tiempo.

—Ey— dice Christopher, justo iba a entrar él al aulario. —Imagino de dónde vienes— dice en tono burlón. Va con sus amigos, por eso John no contesta. —¿Sabéis que es el novio del señor Végobre?— Le dice a sus amigos mientras se burla.

Señor de Végobre, qué raro suena eso.

—Si es que eres un chupa pollas— dice otro de los amigos. —Eso, eso, ¿qué le has hecho al profesor?

—Yo últimamente los he visto juntos— dice Christopher. —¿Qué mierda le haces para aprobar?

John se intenta marchar, solo le están incomodando. —¿Dónde vas, bonito?— dice un chico.

—Tengo que irme...— murmura John.

—No seas un chivato, eh. Al profe no le digas nada— dice Christopher.

—Por favor, es suficiente— dice el rubio abrumado.

—Me follaría a tu novio— asegura acercándose a John. —¿Por qué no? Tal vez me aprueba y todo.

—Pues claro— dice uno de los hombres. —Si le gusta este niñato, le vas a encantar, Chris.

—Dime, John, ¿cuantos añitos tienes?— ríe el mayor. —¿Crees que le interesas a un profe? Solo eres para follar.

—Callaos— exige John. ¿Por qué dicen esas cosas tan desagradables? —No sabéis lo que...

—John, joder, claro que sabemos. Necesita alguien que se la chupe de verdad.

Es tan desagradable que hablen de Louis así, encima unos tipos super mayores, de veinticinco años mínimo que digan de hacerle todas esas cosas a alguien que acaba de cumplir sus veinte es tan...

—Es un hombre muy elegante— asegura uno de los chicos.

—Bueno, John, tengo una tutoría con tu chico— dice Christopher con una sonrisa. —Con suerte estaré en su cama o él en la mía— asegura a modo burlón y sube por las escaleras hasta el aula. John va detrás y un chico le toma del suéter.

—No, no. Tú no estás invitado, te quedas con nosotros— dice uno de los chicos.  —Estamos a lunes, ¿te apetece empezar bien la semana? Tú tienes tus encantos...

—Ni me toques— dice apartando bruscamente su mano.

Louis termina de ordenar sus papeles cuando alguien llama a la puerta. —Adelante— dice viendo a Cristopher aparecer. No le hace gracia verlo después de lo que me contó John y lo que pasó la otra vez, pero es su alumno y tiene una obligación. —Me alegra que hayas venido a preparar el tema siguiente.

—A eso mismo he venido, señor— dice con una sonrisa y se quita la chaqueta. Louis le mira de arriba a bajo. Qué no empiece, por Dios. Odia dar esa clase, los alumnos siempre comentan cosas incómodas... No le importa escuchar que alguien opina que es guapo o que es atractivo, pero hay comentarios que como profesor no soporta.

—¿No quiere despejar la mente un rato?— Pregunta apoyándose sobre la mesa donde Louis está sentado.

—No, estoy muy bien, gracias— dice el profesor manteniendo su postura. Ese tío es tan grande que no tiene nada que hacer contra él.

—Yo creo que a usted le hace falta un poquito de mí— dice desabrochando su camisa también por completo. —Haré lo que usted me diga— dice tocando la mejilla de Louis.

—Señorito, la camisa— regaña Louis. —Deja este teatrito ya o te vas a tener que marchar. Hemos venido a aprender.

—Señor, no lo entiende, usted es tan atractivo— dice dándole la vuelta a la mesa y colocándose por detrás de Louis que se levanta en su defensa. Se está sintiendo muy pequeño y eso no le gusta. —No se arrepentirá de darme una oportunidad.

—Suficiente— dice yéndose más lejos del escritorio. —Tendré que avisar a dirección.

—¿Y qué le va a decir a dirección?— Pregunta acercándose de nuevo a Louis que camina despacito hacia detrás. —¿Qué usted trae locos a los alumnos?

—No me agradan vuestros comentarios en mi clase. Son inaceptables. Dejad mi vida personal a parte y dejad en paz a mi novio, ¿sí?

—Veo que te ha hablado de nosotros. Qué bonito, así usted y yo nos vamos conociendo más— dice con una sonrisa. —¿Qué te ha contado? ¿Qué no es usted el único hombre que lo ha usado?  ¿Cómo se siente eso? Eso conmigo no le pasaría, todo está listo para usted— asegura el hombre.

—¿Sabes? Es suficiente. Lo que le habéis hecho es abuso y no me dejas en paz, eres un maleducado. Lárgate. Fuera de mi clase— dice enfadado.

—Señor, seguro podemos arreglar este mal entendido— dice el joven intentando calmarlo. No le ha salido por dónde esperaba.

—¡He dicho que te largues de mi clase!— dice dando un carpetazo en la mesa. —¡No te molestes en venir a ninguna más! Esta asignatura termina aquí. Márchate— dice y el chico toma sus cosas para salir. 

Esos idiotas le han hecho plantearse muchas veces la idea de dimitir.

—Louis— dice John. Ha escuchado al chico gritar desde las escaleras. ¿Louis gritando? No es buena señal. —¿Qué pasa? Te he oído gritar— John no le quiere decir lo que ha escuchado, las asquerosidades y fantasías extrañas de los alumnos.

—Acaba de marcharse Christopher. Estaba muy enfadado por lo que pasó contigo y me ha conseguido terminar de enfadar. Siempre me sugiere cosas para aprobarle la materia.

—¿Qué cosas?— Dice haciéndose el tonto

—John, ya te lo imaginas. ¿Tú crees que yo puedo así? Qué me silben en clase, que me escriban cosas en los exámenes... Se piensan que esto es una película porno de los noventa, joder.

—¿Cuántas has visto para saber eso?— Pregunta John y Louis gira los ojos.

—Mañana hablaré con el director Steuben, le llevaré las cosas y... Veré qué puedo hacer. Si me das permiso comentaré tu caso y me encargaré de que no te molesten nunca más, ¿sí?

—Está bien— dice mientras el otro lo rodea con sus brazos.

—Joder, esto es una mierda— susurra para él mismo. —Lo siento por el vocabulario.

—No pasa nada, estás molesto, yo también lo hago.

—Voy a fumar, ¿me acompañas?

175 Días | Nueva edición Donde viven las historias. Descúbrelo ahora